Capítulo Uno

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El demonio Mingyu miró hacia abajo, al plano mortal y consideró todas las formas de maldad que podría disfrutar deliciosamente.

Hoy en día, tenía un gusto por el romance. Centró su atención en un pequeño parque de la ciudad y en una pareja paseando de la mano a lo largo de su camino a pie.

Observó cómo la cabeza del hombre se volvía hacia una mujer en pantalones cortos ajustados pavoneándose, y la mirada furiosa que le valió de su compañera.

Ahora bien, era una situación propicia para el conflicto. Sólo tenía que asumir la forma apropiada y mostrar cierto interés en el sexo masculino, para provocar inseguridades a la mujer, y a continuación, sentarse y disfrutar del espectáculo.

—Yo no lo haría.

¡Mierda!, no otra vez. Con un gemido interior, Mingyu quitó su atención de la rica mina de oro de caos.

—¿No harías qué?

—Hacer lo que sea que estés pensando — El ángel Wonwoo flotaba junto al demonio. Llevaba el aspecto del cielo hoy en día, con una especie de nube alrededor, vagamente con forma de hombre, con un brillante resplandor dorado. Si se miraba con atención, se podía percibir el lento barrido de las poderosas alas.

Mingyu levantó una mano con garras para protegerse los ojos. —Baja la potencia, ¿quieres? ¿O me quieres ciego?

—Quiero impedirte hacer lo que estás pensando— Wonwoo respondió suavemente. Él no hizo ningún esfuerzo por atenuar su brillo —Mediante el método que sea necesario.

—Lo único que quieres es arruinar mi diversión.

La nube se encogió tenuemente.

—Es mi trabajo. O lo era.

—Claro...— murmuró Mingyu. Dios o el diablo tuvieron que estar ofendidos con él, para obtener estas divinas cadenas alrededor de su cuello. ¡Hey, espera un minuto! —¿Qué quieres decir?

—Esta es la última vez que voy a estar interfiriendo en tu diversión. Vine a decirte que he sido reasignado.—Su resplandor tenía un tinte de tristeza.—Eres el problema de otro ahora. Adiós.

—¿Qué? ¡Hey, espera! —Dijo Mingyu, todo pensamiento de maldad olvidado. —No me puedes hacer la vida imposible durante dieciséis siglos y luego simplemente flotar lejos de mí.

—Puedo y debo hacerlo. Ha sido un placer frustrar tu pequeña maldad, pero me voy a mudar, ya sabes cosas mejores. No juegues tanto con el ángel que venga, ¿de acuerdo? —Batió sus alas y se elevó abruptamente, dejando a Mingyu en un campo de destellos.

Por un momento el demonio se quedó allí. Rechinaron sus colmillos y azotó su cola y sus garras rasparon contra sus palmas cuando formó unos puños.

¡Mierda!

—Me ha abandonado— dijo Mingyu al éter. —Ese hijo de serafines. Bueno, escucha, Won. Nadie camina sobre la travesura de un demonio y se sale con la suya. Sólo te compraste un lío de problemas.

Él no tenía ningún problema siguiendo el rastro de Wonwoo. Dieciséis siglos con un lindo seráfico en su espalda le había enseñado un par de trucos, por ejemplo, cómo esquivar a Wonwoo, o moverse sin ser detectado.

Cualquiera que sea la nueva misión del ángel, Mingyu pretendía atornillarlo de manera magnífica. Sin Wonwoo, no tenía a nadie para mandar a la mierda.

Wonwoo le debía eso, sin duda.

En poco tiempo alcanzó a Wonwoo. Encontró a su viejo adversario flotando en el espacio, y por mucho que quisiese seguir viendo el plano mortal, se instaló al lado del ángel.

Bad Boys [Meanie || Minwon]Where stories live. Discover now