Capítulo Cuatro

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Se mantendría libre de Wendy, y Wonwoo durante los próximos dos días. Tampoco trataría de contactar con él. Mierda, al parecer, había llegado a un callejón sin salida, y el tiempo se estaba acabando. De ninguna manera iba a permitir a Wonwoo que tuviera el triunfo, en esto o en cualquier otra cosa.

Wonwoo, claro. Allí estaba todo el problema en pocas palabras. No pudo conseguir sacarse al ángel remilgado de su mente. En todos los dieciséis siglos que habían estado juntos, nunca habían estado separados tanto tiempo antes. Wonwoo siempre irrumpía sus planes cuando llegaba a la parte buena. En los raros casos en que no había mostrado sus destellos...

—Yo iba a buscarlo— dijo Mingyu a las paredes de su apartamento.— Wonwoo tenía razón. Hemos tenido algo durante dieciséis siglos, y ninguno de los dos lo sabía.

Uno de ellos ya lo sabía, al menos. ¿Cómo se sentiría Wonwoo?

—Vamos a ver— dijo Mingyu a las paredes. —Me besó. Los ángeles no tienen deseo sexual alguno y besarme le dio una erección. Luego me dio un puñetazo en la cara y me echó de su coche. —Una sonrisa amplia y feliz se puso en la boca de Mingyu, más allá de los límites humanos —Bueno, eso es que le importa. No es que esto cambie la apuesta — prosiguió. —De ninguna manera voy a perder. Pierdo, y él nunca me dejará en paz con eso. A las chicas les gusta los chicos malos, y lo mismo ocurre con un cierto engreído remilgado. Ahora, ¿cómo puedo hacer que admita que le gusto?

Se paseó por la habitación durante media hora antes de que una solución se le ocurriese. El plan era bastante irregular, pero echaría a rodar la pelota. Mingyu entró en acción.


***


El mediodía llegó, también lo hizo Mingyu. Estaba en su Harley y se estacionó justo fuera de las puertas de Conroy Co. y se quedó sentado hasta que Wendy salió. Ella frunció el ceño y se pavoneó por la derecha de él. Saltó fuera de la moto y corrió tras ella.

—Vete — le espetó ella, con los ojos dirigidos hacia el frente. —No estoy hablando contigo.

—No te culpo. Quiero disculparme por la otra noche. Lo admito. Soy un idiota. Pregúntale a cualquiera. Pregúntale a Won. Él te advirtió acerca de mí desde el principio. —Se cayó en el paso a su lado. Una lanza celestial no le perforó por la espalda en este momento, le parecía extraño y alarmante.—¿Cómo estás, por cierto? Supongo que estás saliendo con él ahora.

—Eso no es de tu incumbencia. Déjame en paz.

Corrió delante de ella, bloqueando su camino, e hizo juego con sus movimientos cuando trató de caminar a su alrededor.

—Deja que te lleve a comer—dijo. —No voy a poner ni un dedo en ti. Podemos ir a un lugar público que sea agradable y me puedes pegar todo lo que quieras. ¿Qué te parece?

Lo fulminó con la mirada. — Tú invitas. — Ella sabía de una tienda de sándwiches cercano. Mingyu ordenó para los dos, unos sándwiches con patatas fritas. Se sentaron en una mesa junto a la ventana. Mingyu inició la conversación.

—Realmente, realmente lo siento. Me muevo rápido. Tengo que ir un paso por delante de la ley.

—Así que eres un criminal buscado, así como un idiota.

—Se sospecha solamente. Nunca he sido condenado—Se inclinó ligeramente hacia ella, con la mano deteniéndose justo antes de tocar la manga. — El punto es que nunca sé cuánto tiempo voy a estar en un lugar. Una vida así no deja tiempo para sutilezas. Veo algo, o a alguien, y si lo quiero, voy detrás de él.

Wendy mordisqueó una patata — Así que soy sólo una de una serie de rapiditos. ¿Es eso lo que estás diciendo?

—No. Bueno, sí, ha sido así hasta ahora. Pero tarde o temprano te encuentras con esa persona especial que te hace cambiar. —Whoa, socio, la brillante cara angelical de Wonwoo apareció en su cabeza. Lo golpeó de nuevo hacia abajo. —Incluso un idiota como yo puede cambiar cuando encuentra a alguien que vale la pena para cambiar. —Ya está. Eso debía funcionar. Las mujeres siempre pensaban que podían cambiar las formas de un chico malo.

Bad Boys [Meanie || Minwon]Where stories live. Discover now