"LARGA VIDA AL REY" (el rey león H.V)

Capítulo 6 "El cementerio de elefantes"

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Bajo la luz de la luna llena, un chico rubio corría desesperado por las tierras del Fuera de las praderas. Cada zancada era un susurro de angustia, cada respiración entrecortada revelaba su miedo palpable. El joven, con el rostro marcado por los arañazos de ramas secas y las piernas heridas.

- ¡AYUDA! ¡AYUDA! ¡AAH
- Clamaba por ayuda mientras la figura oscura lo perseguía implacablemente.

En un instante fatídico, su pie se torció y cayó al suelo con un grito de dolor. El perseguidor lo atrapó, arrastrándolo sin piedad. El chico luchaba en vano, agarrándose a ramas rotas y piedras afiladas, sus ojos dilatados reflejando el horror que lo consumía. La sombra lo arrastró hacia una cueva, y el silencio sepultó sus gritos desgarradores.

En el silencio absoluto de la cueva, solo se escuchaba el susurro de una brisa suave moviendo el polvo y el pelaje de una hiena muerta.
De repente, una mano ensangrentada emergió, seguida por el cuerpo maltrecho del chico que luchaba por salir. Su rostro cubierto de sangre, labio partido y cortes profundos en su piel, se arrastraba lentamente, respirando agitado.

- Oye... - se escuchó un susurro - ¿Por qué huyes de mí? Solo quiero una muestra insignificante de tu sangre... no es nada.

El chico fue tomado por la pierna, obligándolo a retroceder mientras gritaba desesperadamente. El único sonido que se escuchaba era el de una cuchilla penetrando su piel.

Finalmente, el chico yacía sin vida, su atacante de cabello negro pasó su mano sobre su cuerpo ensangrentado, saboreando la sangre con expresión neutral que pronto se transformó en decepción.

- No... - murmuró - No es el tipo de sangre que me gusta... qué lástima. Lamento lo ocurrido, amigo, si hubiera sabido... no te habría hecho esto. - se dirigió al cadáver, su rostro se transformó en una sonrisa maníaca y ladeó la cabeza hacia la izquierda - Ya sé cómo compensarte...

El cuerpo yacía cubierto de tierra, con solo un ojo celeste izquierdo visible en el cadáver.

- Lamento mi torpeza al enterrarte, pero pronto una hiena se encargará de ti,o eso espero... Si Scar se entera de esto... estaré en aprietos... De todos modos, aunque tu sangre no era de mi agrado... Fue un placer conocerte... - murmuró al cadáver con un leve rubor.
- Adiós... Y gracias por la camisa nueva...

El agresor tomó la camisa de su víctima y la usó para limpiar las manchas de sangre, sabía que tendría problemas si Scar o alguien más descubría su deleite por la sangre, algo que se había prometido no volver a hacer hace dos años.

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El sol había salido hace un rato y los habitantes de las praderas se preparaban para comenzar el día. Simba ya estaba fuera, mirando expectante hacia los aposentos de su madre, esperando a que saliera para poder poner en marcha su plan.

Mufasa : Buenos días,Simba.

Simba se dio la vuelta y vio a su padre acercarse a él, con una sonrisa en su rostro.
- Buenos días papá.

Mufasa: Parece que estás de buen humor. ¿Tuviste un buen sueño anoche?

Simba: Algo así. Más bien dormí pensando en lo que deparará hoy.

Mufasa : Bueno... Acompañaré a Zazu a hacer el reporte diario... Nos vemos hijo.

En cuanto Mufasa se alejó, Simba rápidamente volvió a centrarse en su misión. Sabía que ahora no sólo tenía que mantener el plan en silencio, si no que tenía que hacerlo sin la vigilancia de su padre.