Todas mis mejores amigas

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El día de hoy me levanto con un solo propósito: acabar el aseo para tener tiempo de adelantar todos, absolutamente, todos mis cuadernos y trabajos del colegio ya que a la señorita Kelsey Andrew se le dió por relajarse y andar de aquí por allá en el salón "jijiji" y "jajaja", sigue siendo lo mismo pero ahora es "jijiji" y "jajaja" preocupada por salvar el trimestre de siete materias, ¿Que si es posible salvar siete materias en dos semanas faltantes para las pruebas finales y entrega de notas?, si, ya lo he hecho, con la nota promedio, pero lo he hecho.

La parte más difícil de mi día a día es: levantarme de la cama, siempre que quiero hacer algo, las ganas de quedarme dormida nuevamente me lo impiden, pero esta vez no.

Juana no duró mucho siendo nuestra niñera (nunca me aprendí su nombre) ya que, para mí mamá es difícil confiar en los desconocidos y más si se trata sobre cuidad a sus hijas. Estos días nos hemos quedado en casa de mi abuela y como siempre, debo ayudar, cosa que no me molesta, lo que me molesta son los gritos de mi tía cada que yo quiero hacer algo, mi tía es un tanto, bueno, como es toda nuestra familia, con poca paciencia y un genio nada bonito cuando se enoja, mis amigos la han definido como una señora fastidiosa d insoportable, no lo niego, lo es, aunque no me gusta lo mucho que me parezco a ella ¿A mis veintiséis años voy a ser igual de enojona como ella?... Dios me libre.

Y, hablando de mi tía, llega a gritarme para que me levante de la cama a hacer aseo, la invoque, que bella es mi suerte.

—GRETA ANDREW, LEVANTATE AHORA MISMO–su melodiosa (por no decir desgarradora) voz me hace pegar un brinco del susto.
—Ya voy– es lo único que le digo mientras recojo las cobijas de el colchón que estaba botado en el suelo, muevo mi cuello y efectivamente me doy cuenta que no volví a dormir nada bien.
—Muevase, que usted nunca le ayuda a mi mami–pongo los ojos en blanco ya que cuando hago el aseo es cuando ella no está cerca y por eso nunca se da cuenta de que soy yo la que les ayuda en la mayor parte de las cosas
—¡Le volteo los ojos, tía!–grita mi hermana al lado mío y en este momento recuerdo por qué siempre quise quedar como hija única.
—¡Cállate Amanda!–.

Por eso te dejó tu papá, es lo que le diría si no tuviera corazón con mi hermana, aunque la empatía me gana, vivo lo mismo que ella así que mejor me quedo callada mientras la veo sacarme la lengua.
Salgo del cuarto sin ganas de nada y me voy a la cocina a servir café mientras escucho más gritos de mi tía desde el lavadero, desde hace como media hora me perdí en lo que estaba diciendo así que no le presté atención, al terminar el café lavé el pocillo en el que lo había servido y agarré la caneca con agua y jabón, los guantes y la escoba mientras me proponía mentalmente que debía empezar a lavar el local y los baños de la casa.

Como todo lo hago con música, prendí el parlante y me conecté al Bluetooth de este.

**

No me fue tan mal lavando los baños, en el local fue otra cuestión diferente ya que al emocionarme por una canción me caí en el agua y tuve que cambiarme, ahora teniendo tiempo libre me pongo a leer nuevamente, pero luego de aburrirme me pongo a pensar en mis amigos.

Zoe en este momento tendría que estar ayudando a su mamá con los tamales, ya que todos los fines de semana vendían comida chatarra.

Grace estará en su casa o en alguna cita médica de su hermana.

Alex está haciendo lo que sea que él hace los fines de semana.

Cora debe estar de visita donde su madre.

Y Sam debe estar dormida según mi percepción.

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⏰ Última actualización: Jul 27 ⏰

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