꒰ O6 ꒱

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Después de meticulosamente
arreglar cada prenda de su ropa y la
de Jungkook, Jimin salió del baño con elegancia, sosteniendo la mano
del chico con ternura mientras lo
conducía hacia la salida del lugar.

Antes de partir, se acercó
discretamente a Yoongi, su rostro
adornado con una sonrisa traviesa,
y susurró unas palabras en su oído,
informándole que debía marcharse.
Yoongi no pudo contener una risa
juguetona al recibir el mensaje,
pues recordó haber intentado visitar
el baño unos momentos antes y
haber escuchado algunos sonidos
curiosos que provenían del interior
del local.

Una vez fuera, Jimin y Jungkook se
adentraron en las calles nocturnas
de Leeds, donde la oscuridad de
la noche se mezclaba con el frío
penetrante del invierno. El castaño se
mantuvo pegado al cuerpo de Jimin,
buscando calidez y protección en su
abrazo reconfortante.

A corta distancia, divisaron a su
chófer, quien se encontraba de pie
junto a su automóvil estacionado,
deleitándose con una bocanada de
humo proveniente de un cigarrillo.
Era una escena pintoresca, donde
la neblina del frío se mezclaba con
el halo dorado de las luces de la
ciudad.

La oscuridad de la noche apenas
se disipaba por la cálida luz de las
farolas cuando el joven de apenas
veinticuatro años se acercó al
imponente señor hombre, cuya figura
destacaba entre la penumbra.

Con paso seguro pero respetuoso,
el joven inclinó ligeramente la
cabeza en un gesto de cortesía—
Buenas noches, señor Park—
pronunció con voz firme, aunque en
su interior sentía una sutil sorpresa
al descubrir al joven que se aferraba
al brazo de su jefe.

A pesar de haber compartido
numerosas jornadas laborales con el
señor Park, nunca antes había
presenciado una escena similar.
Trató de ocultar su asombro bajo
una máscara de profesionalismo,
pero su mente bullia con preguntas.
¿Quién era ese joven? Esa incógnita
bailaba en su mente mientras
se esforzaba por mantener la
compostura ante la inusual escena
que se presentaba ante sus ojos.

-Buenas noches, Namjoon-
pronunció con una voz serena,
correspondiendo el saludo. -Voy
a necesitar mi auto hasta mañana
por la tarde. ¿Te gustaría que te
proporcionara dinero para ir a casa, O
tal vez prefieras quedarte en un hotel
cercano e irnos mañana- expresó,
apretando con delicadeza la delgada
figura de Jungkook contra la suya en un gesto de cercanía.

-Lo del hotel estaría bien, señor
Park- dijo el hombre,
aceptando la primera opción.

-De acuerdo- asintió, metió la
mano a su pantalón y sacó su
billetera, tendiéndole unos billetes a
su chófer. -Ahí también va algo por
si mañana quieres salir a desayunar
por tu cuenta.

-Gracias, señor Jimin. Que tenga
buena noche- tomó el dinero,
metiéndolo en su pantalón. Le
dió las llaves del auto al ojimiel
y comenzó a alejarse del lugar
después de haberse despedido.

Con la sonrisa aún dibujada en
su rostro, sabía que esta sería
una noche memorable. Desde el
momento en que posó sus ojos en
aquel angelical joven de ojos verdes
sobre el escenario, su corazón latía
con una emoción que no había
experimentado en mucho tiempo.
Era como si el universo conspirara
para regalarle un momento de pura
felicidad, una luz brillante en medio
de la oscuridad.

Con manos firmes, desactivó la
alarma de su auto y se apresuró a
abrir la puerta, invitando al joven
castaño a resguardarse del frío de la
noche. Observó con una mezcla de
ternura y ansiedad cómo el chico
se acercaba, sus ojos brillando con
una chispa de diversión mientras
se apresuraba a alcanzar el
vehículo. Con un gesto rápido, se
deslizó por el otro lado y se instaló
junto al conductor, su presencia
llenando el espacio con una calidez
reconfortante.

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⏰ Última actualización: Jun 24 ⏰

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by me daddy › jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora