—PREFACIO
La sangre de los dragones siempre ha estado marcada por el fuego y los sueños. Entre los Targaryen, pocos han sido tan renombrados como Daenys la Soñadora, cuyas visiones salvaron a su familia de la Maldición de Valyria. Sus sueños proféticos se convirtieron en leyenda, una bendición y una maldición que se transmitía a través de generaciones.
Aegon II heredó más que el linaje de dragones; heredó también los sueños inquietantes que perturbaban su descanso. Noches tras noche, Aegon era atormentado por visiones de caos y sufrimiento, imágenes que le revelaban un futuro sombrío y desolador.
Anhelaba comprender el significado de esos sueños, buscando la conexión entre sus visiones y el futuro que le aguardaba. Pero entendía que, como su ancestro Daenys, él también estaba destinado a caminar entre el fuego y los sueños.
❛—Cuando alguien tiene los sueños que yo tengo pero otros no, y luego esas terribles visiones se hacen realidad, es difícil no sentir que es por culpa de uno.❜
Full Moon-The Black Ghosts
«And in between the silence hear you calling me
But I don't know where I am and I don't trust who I've been»—INTRODUCCIÓN
El viento soplaba helado desde el Norte, trayendo consigo un presagio de tiempos sombríos. En el corazón de la Fortaleza Roja, el príncipe Aegon Targaryen despertaba sobresaltado, empapado en sudor frío. Sus sueños, siempre oscuros y cargados de profecías siniestras, le mostraban un futuro teñido de sangre y fuego, un destino donde el caos y el sufrimiento eran inevitables. Desde su infancia, había sido atormentado por visiones de dragones rugiendo en el cielo, sombras danzando entre las llamas y un Trono de Hierro manchado con la sangre de los inocentes.
Cada despertar era una batalla en sí misma. Las imágenes de rostros conocidos, destinados a perecer en la inminente Danza de Dragones, lo perseguían sin piedad. Ver la expresión de aquellas personas, sabiendo que estaban condenados a morir, le desgarraba el alma. Pero Aegon había aprendido a ocultar sus temores tras una máscara de serenidad.
Aegon tenía la certeza de que esos sueños eran advertencias, oportunidades para cambiar el curso de las cosas. Eran ventanas hacia futuros posibles que podía evitar. No deseaba convertirse en alguien horrible y cruel, no quería ser un usurpador, ni un matasangre. No podía soportar la idea de perder a sus hijos o a sus hermanos. Solo quería ser él mismo, vivir una vida grandiosa y plena, llena de aventuras.
Aegon suspiró y tocó su cabello, sintiendo la suavidad de los mechones plateados entre sus dedos. No era tan largo como deseaba, una decisión que su madre, la reina consorte, había tomado. Aunque era un omega, una realidad que no podía ser ocultada ni siquiera por la longitud de su cabello, la reina estaba determinada a demostrar al reino que su hijo, incluso siendo omega, podía ser fuerte. Lo suficientemente fuerte como para tomar el Trono de Hierro.
La reina consorte había insistido en mantener su cabello más corto, una señal de disciplina y fortaleza en un mundo donde la apariencia podía ser tan poderosa como la espada. Pero Aegon estaba harto de las apariencias. Estiró sus músculos, sintiendo una breve satisfacción y relajación antes de volver a tirarse sobre su lecho. Miró el techo de sus aposentos, sintiendo que incluso el propio aire lo oprimía.
No estaba listo para viajar en barco rodeado de su madre y su padre. Siempre le había resultado incómodo estar en presencia de ambos, sus miradas llenas de juicio y esperanza no correspondida. Pero era lo que debía soportar hasta que consiguiera reclamar un dragón. No tener un dragón era otra de las muchas expectativas fallidas que todos tenían sobre él. Se suponía que, como Targaryen, debería haber demostrado su valía ya al montar una de esas majestuosas criaturas. Sin embargo, la conexión con un dragón todavía le eludía, añadiendo otra capa de presión a su ya pesada carga.
Aegon cerró los ojos por un momento, intentando alejar el torbellino de pensamientos que lo acosaban. El tiempo se agotaba para él, para todos en realidad. Para algunos, el tiempo ya se había agotado, como para Laena Velaryon. Aegon nunca la conoció, pero no podía evitar sentirse triste por su muerte y la de su pequeño hijo no nato. Marcaderiva los esperaba y, si sus sueños le mostraban la verdad, todo sería tan horrible como se esperaba, lleno de lágrimas, caos, sangre y muchas heridas emocionales. El inicio de un terrible fin.
Pero él tenía planeado no estar presente cuando ese fin ocurriera. No quería estar en Poniente cuando los dragones de otros escupieran fuego. No quería ser testigo de la destrucción que sus sueños le habían mostrado. La idea de enfrentarse a ese destino sombrío lo llenaba de una desesperación silenciosa. No era cobardía lo que lo empujaba a querer huir, sino un profundo deseo de preservar su propia humanidad y cordura. Por ello, había ordenado a Bronn conseguir un barco para él.
Bronn era un hombre y alfa bastante extraño, pero Aegon confiaba en él porque lo había visto en sus sueños, había visto a Bronn mucho antes de que se conocieran. Las historias de las que siempre hablaba, sobre un futuro lleno de muerte y frío, lo entretenían y lo aterraban. También admiraba su franqueza cuando le relataba lo que hizo Aegon el Usurpador y las desgracias que le siguieron después de la guerra entre dragones.
[—¿Cómo sabes todo eso? —preguntó Aegon con curiosidad.
—Estuve al servicio de un enano inteligente. —respondió Bronn con una sonrisa.]
Bronn había estado en el servicio de Tyrion Lannister, y aunque no lo admitía abiertamente, había aprendido mucho más de lo que dejaba entrever. Las historias de Bronn sobre las intrigas, las batallas y las traiciones que había presenciado, le ofrecían a Aegon una perspectiva cruda y realista del mundo en el que vivía.
El joven príncipe encontraba en Bronn una figura en quien creer, alguien que no le mentía ni endulzaba la verdad. Necesitaba esa honestidad brutal para mantenerse centrado, para trazar su propio camino.
Las puertas de sus aposentos se abrieron, y su guardia, Arryk, apareció en el umbral.
—Es hora, mi príncipe.
Aegon asintió. Por ahora, tenía que enfocarse en el presente. Marcaderiva los esperaba con una promesa de desgracia. Con una última mirada al techo, se levantó, decidido a enfrentar el día con la misma serenidad que había aprendido a proyectar, aunque su corazón estuviera lleno de incertidumbre.
—NOTAS
algo nuevesillo y medio nadaqueveriento pero espero les guste, les tqm nenis
real, habrá personajes de GoT pq los extraño mucho a todos, quisiera ver la serie de nuevo por primera vez y maravillarme por ese universo de Hielo y Fuego😭ah, y chinga tu madre Alicent Hightower
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DRAGON DREAMS | DAEGON
FanfictionAegon siempre había sido atormentado por oscuros y desdichados sueños que le revelaban un futuro lleno de caos y sufrimiento. ・𝗔𝗨 ・𝗢𝗺𝗲𝗴𝗮𝘃𝗲𝗿𝘀𝗲 ・𝗗𝗮𝗲𝗴𝗼𝗻