Capítulo 4

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Al despertar, poco a poco desbloqueando la vista, vi al gigantesco kaiju en el agua, poco a poco iba perdiendo fuerza, pero se acercaba a la extraña bola de acero. 

—Parece ser un huevo…

—Es una bola de acero, boba.

—Que inteligente eres, Sato.

—Siempre dices lo mismo

—Sacame de esta bola de cristal, quiero ver esto.

La arremede, esto ocasiono que me insistiera más, le hice realidad su deseo. Ella lo miraba tan maravillada, como si fuera yo lo que veía, obviamente. Yo le copié la acción y observé de igual manera. El kaiju poco a poco fue debilitándose. 

—No va a soportar mucho. — Ella mencionó desde la palma de mi mano, se veía preocupada por el destino de aquel animal.

De pronto el kaiju se desplomó, la bola de acero fue nadando hacia nosotros.

—¡Agarralo! 

—Es lo que iba a hacer, mandona.

Con una mano tome la bola extraña, se abrió al tomarla, era un huevo. Junte la mano donde ___ estaba, debido a sus delicadas peticiones, ella maravillo el huevo unos momentos, hasta que este empezó a moverse.

—Ah… Kenji.

—No, no, no, no.

Coloque a ___ en mi hombro, se resbalaba un poco así que con un dedo la sostuve. El huevo se abrió, dejando a la luz de la noche, una lagartija rosa, redonda, parecía un bebe redondo. ___ y yo la veíamos asombrados, nunca habíamos visto un kaiju infante. Nuestro momento observando a la lagartija se acabó, al ver que la FDK lo seguía buscando.

—Debemos irnos.

—Se que tienes prisa por ir a mi casa, pero ya lo sabía.

—Menso. 

La volví a poner en su jaula de cristal como un hamster y nos trasladamos por agua. Llegamos a casa, el oxígeno me faltaba.

—¡Mina, análisis de emergencia! — Mina actuó con eficacia pero se detuvo en mi pecho.

—Ken, esto es muy extraño, según mi análisis, dice que tienes tres corazones. — Abrí las manos, revelándole a ___ y a la cosa esa.

—¡Mina! — ___ le saludo como si fueran viejas amigas, supongo que lo eran, podía pasarse horas hablandole.

—No puede ser.

La lagartija se resbaló y empezó a vagar por ahí, yo liberé a ___ de su bola de cristal, ella parecía jugar con el kaiju, aunque casi la aplasta, ella realmente se le hacía adorable.

—Mina ¿Eso está bien?

—Ella, Ken, es una ella.

—¡Es niña, está bien adorable, Kenji!

Mina examinaba a la cría, al parecer estaba normal, pero no había información de los kaiju en etapa infantil. Mientras yo discutía con Mina, ___ se la estaba pasando muy bien con la mini kaiju, tuve que intervenir para que no muriera en el intento de ser atrapada. La estaba empezando a imitar, ___ se dio cuenta y empezó a bailar raramente, era una escena divertida, hasta que mi indicador empezó a brillar y parpadear, la lagartija me imito igual.

—A ti también, te imita, Kenji…¿Será qué…? Ay no, lo que me faltaba, me lleva la que me trajo.

—¿Será que? ¿De qué habla, Mina? ¿Esto es normal?

—Me atrevo a decir que parece que se imprimió en ustedes, Ken.

—¿Eh? No, no, no.

—Ella cree que somos sus padres, Kenji.

—¿Qué? No. Yo tengo una carrera, unos títulos que ganar. No tengo tiempo para cuidar a una lagartija rosa. Hay que sacarla de aquí…

—Es un bebé, Sato, increíble. 

Sugerí la isla kaiju, pero al parecer nadie sabe dónde se encuentra, de inmediato le pedí a Mina que se encargará de investigar. Mi indicador volvió a parpadear.

—Ken, sería muy malo si cambias de forma ahora. — dijo Mina.

—Oh no. — Cambie de forma. —Hola…

La bebé de 7 metros de altura, sus ojos empezaron a cristalizarse, al estallar, de su boca salieron unas ondas, las cuales, amablemente destruyeron mi colección de carros, para luego perseguirme.

—Te tiene miedo, Ken.

—¡¿Me tiene miedo?! ¡Pero si mide como diez metros! 

___ hizo acto de presencia al gritar, llamando la atención de la destructora de hogares. Después empezó a distraerla.

—Kenji… Me voy a arrepentir de esto. Acércate lentamente. Abrázame. — Eso sacó mi alma de mi cuerpo.

—Vaya. Sé que me extrañas, nena, pero tenemos tiempo.

—Imbecil, para que crea que no le harás daño, me estoy arrepintiendo.

Me acerque cuidadosamente, la abrace, por primera vez en dos años. Su pelo olía a lo de siempre, su lindo aceite de lavanda, y su ropa recién planchada, ella siempre planchaba nuestra ropa, nunca aprendí a hacerlo por su culpa.

—Creo que sería mejor que se convirtiera en Ultraman y volviera a la normalidad para que ella entienda que es el, señorita ___.

—Buena idea, Mina. Despacio, Ken.

Lentamente me convertí en Ultraman, cuando volvía a la normalidad abrazaba a ___, así sucesivamente hasta que la cosa rosa entendió y aplaudió.

—Que linda… Misión cumplida, Kenji. — Ella estiró su puño, lo cual ocasionó que yo hiciera lo mismo y una sonrisa involuntaria en mi boca, reaccione como rayo para dejar de verla.

—Eh…¡Mina unidad de contención!

—Solo hay una persona para que nos ayude, Ken. — Yo le rogué a Mina. —Ya le llame, Ken.

Respondió mi padre, mientras miraba hacia abajo, de fondo se podía ver una ___ dando vueltas por el cristal de la ahora bebé de ambos, me encanta el plural. 

—Kenji, es tu papá, hijo ¿Estás ahí?—

El Gran Ken Sato (Ken Sato x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora