"Llegué al final del camino pero solo hallé un abismo.
Me pregunté si esto era todo... y entonces te dejaste ver.
Susurraste una dulce invitación.
Mis miedos intentaron atraparme, pero el estruendo de tu voz ahuyentó todo a lo que creía pertenecer.
Respondí y me sumergí."
No hay razón para inquietarnos, si Dios sigue siendo Dios (Salmo 42).
Todos los lugares hacia donde nos lleva su voz son buenos.
Aunque el miedo y la incertidumbre nos quieran retener, no pueden contra el estruendo de la voz del Señor de los ejércitos celestiales.
Sus planes están llenos de propósito y siempre nos llevan más cerca.
No hay razón para inquietarse.

ESTÁS LEYENDO
El Hebreo
SpiritualitéY cuando llega el Hebreo hay sanidad Y cuando llega el Hebreo hay liberación Y el espíritu de Dios está aquí Llego el Hebreo, llego el Hebreo.