Capítulo 01.

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             El día en que nos conocimos


Sakura recordaba el día que conoció a Sasuke, eran niños con una inocencia que aún no había sido tocada, Sakura veía a Sasuke y envidiaba su familia, su hogar. El barrio en el que que vivían era pobre, a pesar de eso la casa de los Uchiha parecía ser de clase media, y la que menos problemas familiares se escuchaba.

No era el dinero lo que sakura envidiaba, era a esa familia feliz que él tenía, aún así apreciaba al Uchiha menor porque cuidaba de ella.

Sasuke conocía a su vecina y siempre le decía a su madre que le empacara en su lonchera dos sándwich más, sabía que Sakura algunas veces esa era la única comida que podría comer al día, a veces la pelirosa tenía más suerte y su padre alcohólico conseguía algo de dinero para su familia, el otro sándwich era para su mejor amigo Naruto, un pequeño huérfano que vivía con un hombre que a pesar de que no era familiar suyo lo cuidaba como si fuera su hijo.

Los tres crecieron juntos, Sakura era la protegida de ambos chicos, Sasuke se sentía en el deber de proteger a la pelirosa, y Naruto aún a su corta edad sus sentimientos le decía que debía ser fuerte y proteger a esa niña.

—Eres fea, tu ropa es vieja y fea— Unos niños de la escuela tenían acorralada a Sakura, esta tenía sus manitas en sus oídos mientras lloraba.

—Te doy un pan si haces como perro— Ofreció un niño sonriendo con burla, era de una familia adinerada, siempre llevaba comidas que se veían deliciosas.

Sakura miraba aquel niño burlarse de ella, quería defenderse, pero tenía miedo que golpeara igual de fuerte que su padre. Sin esperárselo el niño cayó a unos cuantos metros cuando alguien le dio un empujón. 

—¡Déjala en paz!— Grito Sasuke lleno de ira, se subió sobre el niño y comenzó a golpearlo, este también se defendió y lo golpeó.

Sakura lloraba con más fuerza asustada, Naruto se unió a la palea intentando pararlos y que Sasuke no se metiera en problemas.

La maestra fue la única que pudo detener aquello, terminaron en dirección. Ese día Sasuke se dio cuenta de la importancia de tener dinero y poder, gracias al padre de aquel niño los castigados y expulsados fueron Sakura, Naruto y él, todo empeoró, porque cuando Sakura llegó a su hogar con aquella nota de expulsión Sasuke solo pudo llorar con impotencia al escuchar a la pelirosa recibir una paliza de su padre.

...

Hubo un día que marcó a Sasuke, su familia había sido asesinada, para su suerte o desgracia, ese día él se había quedado a dormir donde Naruto, ya que al día siguiente tenían un viaje escolar. 

Ese día cambio para los tres, los papeles cambiaron y tanto Naruto como Sakura tuvieron que tomar en brazos a Sasuke y consolarlo, el pequeño Uchiha cambió, el niño de buen corazón se volvió más serio, frío, aún así Sasuke seguía al lado de sus amigos, eran su única familia después de todo.

Los años continuaron su rumbo, Sakura recibía golpes en su hogar, tan fuertes que a veces se ausentaba por semanas a la secundaria, hasta que un día eso cambió.

—Sasuke kun, ellos se fueron, me dejaron— La pelirosa había llegado a la casa del Uchiha.

Sasuke observó el rostro de su amiga, su ojo hinchado y su labio reventado, su padre la había golpeado tan fuerte que no había podido despertar en dos días, Sasuke llegó aquel hogar preguntado por ella, pero era costumbre que nadie abriera la puerta.

—Creo que... es lo mejor que te pudo pasar— Susurro el Uchiha, Sakura se ahogó en llanto llorando en los brazos de su amigo.

El Uchiha guardó silencio únicamente devolviendo el abrazo. 

—Ahora que haré— Sollozaba la pelirosa, su familia era pobre, no tenía dinero ni mucho menos bienes, Sakura estaba en la calle prácticamente, no tenía dinero para continuar el alquiler y mucho menos para comer.

—No te preocupes, yo cuidaré de ti—Prometió Sasuke seguro de sí mismo y sin pensar en lo profundas que eran aquellas palabras para Sakura.

A partir de ese día ambos vivían juntos, no como pareja, eran amigos después de todo, aunque Sakura tuviera sentimientos por Sasuke, no se permitía molestar a Sasuke con niñerías. No quería ser una carga peor de lo que era.

La familia de Sasuke si tenía dinero guardado, para la educación del mismo, y ademas después de la muerte de su familia él quedo con una indemnización con la cual recibiría dinero hasta que cumpla la mayoría de edad, por lo tanto el dinero por el momento no sería una preocupación.

Aún así Sasuke odiaba aquello, el quería tener poder, dinero en mucha cantidad para poder darle una buena vida a Sakura y también a su mejor amigo Naruto.

—Entonces, ¿ahora viven solos?— Preguntó Naruto mirando a sus amigos, Sakura le tapó la boca con su mano haciéndole señal de que no hable fuerte.

—Haz silencio, si se dan cuenta nos enviarán a un centro, falta poco para que seamos mayores de edad, solo dos años más— Susurro Sakura, Sasuke miraba con aburrimiento a Naruto.

—¿Quieres cenar con nosotros?, Sakura está aprendiendo a cocinar pero lo hace bien— Murmuro Sasuke, el sonido de tripa del rubio no había pasado desapercibido para ninguno, este asintió sonriendo.

—Sasuke, gracias por todo— Le dijo Sakura una vez que quedaron solos.

Sasuke miró la pelirosa y su corazón latió algo extraño para su gusto, el asintió restándole importancia y se acosto en la mesa tratando de dormir. Sasuke estaba cansado, dormía hasta la madrugada estudiante, sabía que dependía de él su futuro, y ahora el de Sakura.

...

—El se fue— Susurró Naruto después de guardar silencio por un largo rato.

Sakura sintió dolor en su corazón, el abandono era un tema delicado para ella, mientras que el Uchiha apretó sus manos al ver a su mejor amigo más delgado de lo normal y con ropa muy desgastada, supo que Naruto tenía mucho tiempo guardando aquella información, debió estar solo desde hace mucho tiempo y no dijo nada.

—Ven con nosotros, no te preocupes por el dinero, saldremos juntos de este lugar cuando seamos grandes— Sasuke murmuro con seriedad.

Naruto sintió un nudo en su garganta y asintió, Sakura se acercó al rubio y lo abrazó mientras este lloraba más fuerte.

Los días juntos eran más llevaderos, tomaron su rutina, Sakura se levantaba muy temprano para preparar el desayuno todos los días, no era que la presionaran, era porque le encantaba compartir la mesa con su familia, ya no se sentía sola.

La pequeña familia que habían creado desde adolescentes se fortalecía día con día, los tres lograron terminar la secundaria, Naruto sabía que esa sería su única educación, no tenía dinero para continuar sus estudios, y además según él era muy torpe para conseguir una beca, por suerte siempre fue un chico que de adaptaba a cualquier cosa, así que pronto consiguió trabajo en un taller como mecánico.

Mientras tanto Sakura si era una chica inteligente y tenía todo para brillar, pero la violencia que había sufrido en su hogar había dejado huella en ella, y mentalmente estaba mal, no se sentía capaz, tenía una baja autoestima, eso la llevó a que cuando terminó la secundaria, decidió dedicarse al hogar y además trabajar en una pequeña panadería del pueblo.

Sasuke a diferencia de sus amigos, tenía su objetivo claro, el saldría adelante y cambiaría su estatus social, se enfocó en estudiar economía y ciencias políticas, su objetivo era alcanzar una buena posición en la sociedad y nunca más sentirse como una escoria de la sociedad.

Además se sentía en la obligación de velar por la pequeña familia que había formado. 

—Sasuke, debes comer bien, pronto serán tus exámenes finales— Le dijo con cariño la pelirosa, Naruto asintió sonriendo y algo cansado de trabajar.

Los tres habían formado su hogar, Sakura era feliz de tener su familia, nunca había tenido una donde la apreciaran y valoraran. Aún así en su mente deseaba formar una familia con Sasuke, casarse y tener hijos, ella soñaba con eso.

Hasta que un día, sus sentimientos pudieron más y se confesó.

Para sorpresa de Sakura y Naruto, Sasuke correspondió sus sentimientos. 

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