01

13 2 0
                                        

Apenas conozco a Willy, pero nos llevamos bastante bien.

No hay mucha más gente con la que charlar, y no me gustaría pasar 20 horas sentada en una esquina, sin hablar con nadie.

Nos habíamos acercado un poco al bordillo del barco, a ver el mar.

- Me encanta el mar, pasaría mi vida mirándolo.

No quise acercarme mucho, pero aún así sonreí ante sus palabras.

- ¿Por qué no te acercas? La luz de la luna hace que se vea hermoso. - Volvió a hablar él.

Me acerqué poco a poco.

- Te aviso que me mareo fácilmente... No quiero vomitar encima tuya ni nada...

- Tranquila, ya verás que no pasará nada.

Me asomé y sí, tenía razón.

La vista era hermosa.

Pero entonces...

- Debería... - Volteé para volver a sentarme en donde estábamos.

Él me observó y entonces perdí un poco el equilibrio.

Cuando me mareo tiendo a perder el equilibrio fácilmente. Es uno de mis mayores problemas, pero estoy acostumbrada.

Willy me agarró a tiempo y me ayudó a volver a mí postura.

- Gracias, lo sien...

Oh no.

Vomité.

Pude ver una mueca en la cara de Willy, creo que ya me odia.

No llegué a mancharlo de vomito, pero aún así daba asco.

- Lo siento, de verdad... - Dije muriendo de vergüenza.

- No, yo lo siento por hacerte levantar, si lo hubiera pensado mejor...

- Willy, no es culpa tuya. Es más mía por no pensar en ello. Parezco tonta, discúlpame.

Willy negó con la cabeza.

- ¿Te has manchado o algo? Si quieres voy a buscarte agua. - Dijo él. - No, tengo la cura.

Abrió su maletín, que sorpresivamente, contenía una mini-fábrica.

- Lo tengo claro, con este chocolate se irá el malestar.

Lo miró con curiosidad, analizando sus movimientos.

En resumen, mezcla un liquido verde con unas gotas de líquido rosa y unas gotas rojas. Entonces toca un par de botones...

- ¡Voilá! - Dice el, acercándome un chocolate.

Lo agarro y lo observo.

- Pruébalo.

Entonces me sonríe, y le hago caso.

Dios

Mío.

Es el mejor chocolate que he probado nunca, no hay duda.

- Está buenísimo... Willy, definitivamente tienes un don para esto. Podría comer hasta reventar.

- Cuando abra mi tienda, me aseguraré que puedas comer todo el que quieras, y gratis.

Sonreí.

- Gracias, entonces yo te conseguiré entradas a primera fila en mis conciertos para agradecerte.

- Oh cierto, aún no te escuché cantar.

- Todo a su tiempo, Willy.

Dije nerviosa. Ahora mismo no me sentía preparada para cantar, menos después de vomitar.

Observo a Willy, está mirando las estrellas con una sonrisa.

- Oh cierto. ___, antes he hablado con el capitán, dice que hay un par de habitaciones libres, y que podemos usarlas.

- ¿De verdad? Oh, menos mal. Temía tener que dormir aquí...

Observo que Willy ríe por lo bajo.

Hay un pequeño silencio.

- No he podido evitar fijarme en tu guitarra, ¿Siempre la has tocado?

- Sí, desde pequeña. Me enseñó mi padre, de hecho, era suya. Me la regaló antes de morir.

Sonreí levemente, tengo un gran recuerdo de mi padre. Él me enseñó a ser quién soy, me enseñó todo lo que sé.

- Vaya, lo siento mucho por eso, pero al menos tienes un gran recuerdo de él.

- Sí, eso es verdad.

Ambos sonreímos.

- Oye, - llamo su atención - Si hay suerte, mañana en la noche trataré de tocar en algún local, deberías pasarte.

- Claro, cuando sepas dónde, dímelo y allí estaré. Venderé chocolates en las Galerías Gourmet para hacer fortuna.

- Estoy segura de que amarán tu chocolate.

Volvemos a sonreír, y ahora ambos miramos el cielo.

Ninguno dice nada por un momento, y entonces, él se levanta.

- Iré a dormir, ¿Nos vemos mañana al amanecer?

- Claro, - respondo - estaré encantada.

- Oye, ¿quieres que te acompañe a tu habitación? No quiero que vuelvas a marearte...

- Tranquilo, ya me las apañaré. Ve a descansar.

- Está bien, buenas noches, ___.

- Buenas noches, Willy.

Y entonces lo observo irse.

Al rato, me levanto yo también. Me mareo un poco, pero enseguida recupero la postura.

Me dirijo a dentro, Willy me había dicho la habitación libre que quedaba, pues él tenía pensado tomar la otra.

Me dirigí a ella y abrí la puerta, si, estaba libre.

La cerré detrás de mí y me dejé caer en la cama, esperando que el sol me despertase en el alba.

Quizás Willy y yo seamos buenos amigos al final.

Es amable, no tendría problema en ser su amiga y acompañarlo a vender chocolate.

Ahora estoy a punto de irme a dormir, mañana llegamos a Inglaterra, y yo, voy a empezar una nueva vida.

Ahora estoy a punto de irme a dormir, mañana llegamos a Inglaterra, y yo, voy a empezar una nueva vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sweet Like Honey [Wonka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora