prologo

178 22 2
                                    

«Cuando el joven alcance su decimoctavo ciclo, en un sueño profundo caera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

«Cuando el joven alcance su decimoctavo ciclo, en un sueño profundo caera. La discordia se desatará, y en el reino del segundo será marcado, para entrelazar destinos durante la undécima danza de los astros.»

«Siglo XIII» Decima Celestina del año 1293. Wolfden, Reino de Eryndor:

Delante se extendía un pasillo elustrado por costosas lámparas de vidrio que pendían del techo, pintado con ángeles y formas características. El pasillo conducía a unas escaleras forradas con un tapete de color sangre, que en lo alto se dividía en dos, conduciendo por caminos distintos.

El interior estaba delicadamente tapizado con papel dorado y diseños florales, probablemente a petición de su madre. Keisuke avanzó tras la delgada figura de su hermano menor. El tacón de sus suelas hacía eco al caminar sobre la baldosa, mientras se adentraban más y más en el palacio, en dirección a la sala destinada para el consejo. A sus costados colgaban de las paredes hermosos cuadros, acompañados de bellas estatuas talladas en exclusiva piedra blanca.

No se veía muy distinto a cuando era aún un niño, salvo por ese vacío frío que permanecía tan intacto como siempre. En aquel lugar no residía el recuerdo de la risa alegre de un niño ni la calidez de la compañía familiar. 

Ese pasillo no guardaba más que costosas exquisiteces de personas con un talento tan fabuloso como inútil.

Tallada finamente en noble roble y barnizada en un escarlata rojizo, la cálida luz del pasillo revela una puerta alta, adornada con apliques dorados. Keisuke percibe el leve escalofrío que recorre el cuerpo de su hermano menor, mientras este extiende su mano temblorosa para tomar la perilla bañada en oro.

Se pregunta cuál podria ser la razón tras su aparente miedo, pero antes de poder organizar la pregunta en su mente, Mitsuya empuja la puerta hacia adentro, revelando el interior. 

Dentro, el ambiente era tenso. Al igual que el resto del palacio, la decoración en su interior no escatimaba en lujos. Pesadas cortinas de la más fina y delicada tela colgaban de las paredes, reduciendo la luz que entraba del exterior a través de los enormes ventanales. Grandes velas y preciosas lámparas iluminaban la habitación y los rostros de los presentes de forma parcial, brindando una falsa calidez.

Frente a ellos, se extendía una larga mesa que ocupaba gran parte de la habitación. Varios nobles y miembros del consejo ya habían tomado asiento, tintineando sus copas y murmurando entre sí, aguardando con paciente expectativa la llegada de los príncipes.

— Padre. —El príncipe Mitsuya alza la voz, cortando los murmullos de los presentes y captando así su atención. Aclara su garganta y pronuncia:— Hemos llegado.

El rey, desde el extremo de la mesa, se mantiene en una calma inquietante. Con gesto solemne, alza suavemente su copa de oro, agitándola en el aire con parsimonia antes de llevarla a sus labios para un breve sorbo.

El Amante Del Principe | BajiFuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora