Belleza enferma mimada

21: estoy enojado contigo

Zhou Xingyan negoció condiciones con él: "No demores en tomar el medicamento".

Yun Nian dijo: "Puedes alimentarme junto a la ventana".

Zhou Xingyan usó su teléfono móvil para tomar una foto del joven maestro tomando medicamentos, hizo clic en enviar y rechazó su propuesta: "No".

La videollamada de Yun Mengqi llegó al segundo siguiente y Zhou Xingyan respondió.

El hombre del teléfono vio claramente los antecedentes de Yun Nian y exclamó en el acto: "¡Bebé, no te sientes tan cerca de la ventana! ¿Vas a asustar a papá hasta la muerte?".

Yun Nian frunció el ceño. No sabía si estaba sufriendo por el dolor de la medicina que estaba bebiendo o porque estaba molesto con Yun Mengqi. Se quejó lentamente: "Papá, solo hemos estado separados por menos de medio día. "

Yun Mengqi tenía un cartel de la sala de conferencias colgado detrás de él. Salió corriendo en medio de la reunión. Miró el rostro de Yun Nian y siguió murmurando: "¿Qué, cariño? ¿Has estado fuera de casa durante tanto tiempo? ¿Por qué no lo hiciste? ¿Me diste algo cuando llegaste? Papá está llamando. ¿Eres travieso? Debes escuchar a tu hermano con atención, ya sabes. Debes tomar el medicamento a tiempo. Cuando te vayas a la cama por la noche... "

Yun Nian presionó el teléfono y de repente la habitación quedó en silencio.

Zhou Xingyan no tuvo más remedio que enviar un mensaje de texto para confirmarle a Yun Mengqi que todo estaba bien aquí.

Yun Nian se bajó de la silla alta al lado de la barra y salió al balcón para contemplar el paisaje. Toda la ciudad estaba a sus pies y sintió como si estuviera volando.

Zhou Xingyan lo observó atentamente toda la tarde y respondía a las preguntas de Yun Mengqi en su teléfono móvil de vez en cuando.

Al anochecer, el paciente Maestro Yun esperó el primer espectáculo de fuegos artificiales de este invierno.

Los turistas se acercaron al oír el sonido y se congregaron animadamente en el puerto. Las llamas iniciales de los fuegos artificiales iluminaron el cielo nocturno con un color rojo brillante, como un verano ardiente.

Yun Nian casi no pensó en nada, abrió la puerta y corrió escaleras abajo.

Zhou Xingyan recogió su abrigo y rápidamente lo echó. Afortunadamente, tomó el ascensor que bajaba las escaleras.

En este momento, había personas adentro que bajaban al puerto. Yun Nian estaba apretado en el lugar más interno, con capas de personas separadas de Zhou Xingyan.

Zhou Xingyan miró hacia adentro varias veces para asegurarse de que el joven y suave maestro no fuera aplastado, por lo que protegió la puerta del ascensor y dejó de moverse.

De repente, escuchó ligeros pasos moviéndose detrás de él, y luego alguien bajó suavemente la esquina de su ropa.

Yun Nian no supo cuando se abrió paso entre la multitud a su lado, lo miró con ojos inocentes y dijo obedientemente: "Hermano, hola, ¿puedes prestarme tu abrigo? Tengo frío".

Zhou Xingyan miró el abrigo que tenía en la mano. Originalmente se lo trajo al joven maestro, pero ahora fingía en broma ser un extraño para él.

En la silenciosa cabina del ascensor, un grupo de personas siguió el sonido y miró con curiosidad al ver a Yun Nian sosteniendo débilmente sus brazos y al ver a Zhou Xingyan indiferente, no pudieron evitar sentir que los corazones de las personas están fríos.

Algunas personas no pudieron evitar sacar su propia ropa con entusiasmo: "Vamos, compañerito, ponte esta. Acaban de quitarle las etiquetas".

Yun Nian sonrió dulcemente: "Gracias, tío, yo ..."