01; 𝙣𝙚𝙬 𝙗𝙤𝙮.

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───────── ERA UNA MAÑANA MUY FRESCA Y CALIDA, con hojas doradas y rojas esparcidas por el camino

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───────── ERA UNA MAÑANA MUY FRESCA Y CALIDA, con hojas doradas y rojas esparcidas por el camino. Una lujosa limusina negra se detuvo frente a la imponente residencia de Haerin, su motor ronroneando suavemente. Cierto chico estaba sentado en la parte trasera, mirando por la ventana con una expresión impaciente.

Haerin, de solo ver el auto desde la gran ventana de su habitación, supo de quien se trataba. Pensaba que esta extraña tradición que tenían desaparecería en este nuevo semestre, pero al parecer no sería así, pues allí llevaba ese auto hace al menos 5 minutos.

El chófer, de aspecto impecable en su uniforme, esperaba junto a la puerta del vehículo.

La puerta principal de la casa se abrió lentamente, y el padre de Haerin, un hombre de porte distinguido, apareció en el umbral caminando firmemente hacia el vehículo.

— Buenos días, Woojin. Gracias por pasar por Haerin.

— Buenos días, señor Kuroda. No hay problema. —dijo sonriendo levemente.

Haerin estaba realmente atrasada, pero es que solo deseaba que se marcharan por su tardanza y así ella no tendría que irse con Woojin. Aunque al ver que su papá sacaba su teléfono (seguramente para regañarla y apresurarla) salió a pasos rápidos, no sin antes tomar sus cosas, hacer enojar a su papá era lo que menos deseaba.

Haerin apareció en la puerta, claramente retrasando su salida. Llevaba un libro en la mano, pretendiendo que había estado ocupada, pero su expresión mostraba una mezcla de altivez y desagrado.

— Lo siento, papá. Ya estoy lista.

— Está bien. Que tengan un buen día en la escuela.

— Gracias, estoy segura de que así será. —dijo con una sonrisa forzada.

Se dirigió a la limusina con pasos deliberadamente elegantes. El chófer, al verla, abrió la puerta trasera con un gesto cortés, permitiéndole entrar. Ella se deslizó al asiento junto a Woojin, quien la miró con una mezcla de impaciencia y desdén. El chófer cerró la puerta suavemente y volvió a su puesto, arrancando el coche con una profesionalidad serena.

El interior de la limusina estaba en silencio, con ambos sentados en extremos opuestos, evitando el contacto visual. La atmósfera se volvió tensa de inmediato.

— ¿Podrías intentar estar lista a tiempo? No todos disfrutan de los desfiles matutinos. —murmuró el masculino.

— Qué divertido. Pensé que te gustaba mantener las apariencias. — dijo en un tono seco, mirando por la ventana. 

— Supongo que hacer esperar a los demás es tu nuevo pasatiempo.— habló con una sonrisa cínica.

Haerin se volvió hacia hacia él, con los ojos entrecerrados: — Si te molesta tanto, quizás deberíamos reconsiderar esta vieja costumbre de recogerme y llevarme. No veo por qué seguir con algo que ya no tiene sentido.

𝐄𝐒𝐏𝐑𝐄𝐒𝐒𝐎 ✘ 𝐋𝐄𝐄 𝐖𝐎𝐎𝐉𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora