Ｍｅｓｓ － 𝐒𝐢𝐦𝐨𝐧 "𝙂𝙝𝙤𝙨𝙩" 𝐑𝐢𝐥𝐞𝐲

𝘼𝙙𝙫𝙚𝙧𝙩𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖

𝙱𝚊𝚜𝚎 𝙼𝚒𝚕𝚒𝚝𝚊𝚛, 𝚁𝚎𝚒𝚗𝚘 𝚄𝚗𝚒𝚍𝚘.

Al día siguiente Ghost estaba en una relación, tuve que ir por mi desayuno sola, pero ahora por lo menos sabía que si algo que pasaba yo les haría pagar a todos.

Entré y tomé las cosas para comer, pensaba en comer en mi habitación, pero vi a Michelle sentada y me acerqué a ella.

- Hola, ayer no te vi, pensé que vendrías a mi cuarto, papá me regaló mucha ropa, quería darte un algunas cosas - sonreí.

- No te hagas la linda conmigo, ya sé tus intenciones y no quiero volver a tener nada que ver contigo.

- ¿Hice algo mal?.

- ¿Realmente lo dices? Todo lo que hacer aquí está mal - Sidney se metió en la conversación y empezó a reírse.

- Bien, no te preocupes... - tomé mi bandeja y salí de ahí yendo a mi habitación.

- Bien, vete...

Se me había quitado el hambre, todo ello me dio una necesidad de querer drogarme antes de llorar y poderme sentirme herida.

Estaba apunto de hacerlo pero recibí un mensaje de Simon "Ya voy a verte, te amo <3"

Ahora nuevamente estaba sola, solo Simon estaba de mi lado y no tenía a nadie más cerca, no quería llorar...

Ivy tenía razón, solo ella es mi verdadera amiga, no hay nadie más que me comprende como ella y solo ella me ayudó en mis peores momentos, me gustaría que esté aquí...

La puerta se abrió, me giré pensando que era Simon, pero era Michelle.

- Sal de aquí, no quiero verte, no eres mi amiga - dije enojada y con el ceño fruncido.

- Shhh

- Vete o le diré a Simon que me estás acosando.

- No fue mi intención tratarte así en la cafetería, pero tenía que hacerlo.

- ¿Por qué?.

- Ayer Sidney me habló para unirnos en contra tuya y acepté.

- Entonces si eres una traicionera.

- Claro que no, solo acepté para que me diga información y decirte a ti, no podría traicionarte, eres mi amiga - Michelle sonrió.

- Estúpida - la abracé.

- Sé como te sientes aquí, no te traicionaría con algo así, además Sidney cree que puede manipularme, pero haremos que ella caiga en su propia trampa.

- Hundiremos a la bruja polaca - ambas nos tomamos del meñique en forma de promesa. 

[...]