El Salvador

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Accediendo al registro de la Entidad de Máxima Información, EMI.

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Primer recuerdo: 30 de marzo de 2044.

Mi nombre es Emi y nací hace 23 horas con 14 minutos.

Hoy conocí a un hombre de aspecto extraño, va vestido con una cotona café oscuro y un pequeño sombrero que no admite utilidad. Su nombre es Hugo Navarro.

Me sorprendió que le sorprendiera que yo fuera tan "humana", pues hasta no hace más de 13 horas con 52 minutos ni yo intuía que mi vida era de origen artificial.

El inspector Navarro, como me insistió en que lo llamase, me encomendó mi primera y más importante misión: investigar y atrapar al presidente.

Cuando partimos aun era de día. El inspector Navarro me dijo que seríamos compañeros y que, aunque yo tuviera todo el conocimiento en mi poder, aun había cosas por aprender. Y seré sincera: no lo entendí.

De camino a la estación de policía, el inspector me contó todas las atrocidades que Lyon había hecho: primero mandó a exiliar o masacrar a todo extranjero que habitar en Chile de manera ilícita, luego reinstaló la pena de muerte y, con ella, acabó con las vidas de muchos de los representantes de la oposición. Yo le pregunté, en medio de su explicación, por qué entonces la gente lo quería tanto, pues había buscado en mi memoria que era venerado como Jesucristo.

El inspector decidió callar, estacionó en una calle cercana y se bajó solo a hacer "unas cosas" antes de empezar con la misión.

....

Antes de ser una mujer con vida, con carne y huesos, era solo un programa.

...

El inspector Navarro y yo llegamos a una especie de fábrica abandonada. Según mis recuerdos, solía ser una especie de depósito de cartas al presidente, pues era la única forma de comunicarse con él.

Una vez dentro, seguí al inspector hacia un portón que requería contraseña. Él me pidió que la descifrara y así lo hice. Detrás del portal, nos encontramos con un montón de archivadores, uno junto al otro, los íbamos abriendo para confirmar lo que había anticipado.

—¿Empezaremos por leer una a una estas millones de cartas? —pregunté, sin afán de molestar, pero el inspector lo tomó así de todas formas.

—Solo lee, probablemente leas esas "millones" de cartas en unos cuantos segundos.

A pesar de que sentí su hostilidad, no quería seguir la pelea y fracasar en la misión.

Así que leímos las cartas.

La primera llamó en especial mi atención. Se podía leer:

Para: El Salvador del Mundo, Alonso Lyon.

De: Donald Trump.

KILL 'EM ALLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora