Cristian Romero

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-Te amo.

Dos palabras que escuche por lo menos cincuenta veces en los quince minutos que me viene hablando, siempre pensé que para decir esas palabras tenías que estar muy seguro de tener ese sentimiento por alguien y que es una palabra fuerte que no le dirías a cualquiera.

Pensé que por lo menos iba a sentir ese revoloteo en el estlnago, ese bombeo rápido en el corazón o incluso ese sentimiento de plenitud que me recorría el cuerpo siempre que esas cinco letras salían de esos labios rosados tan lindos pero lo único que puedo hacer es quedarme quieta y mirarlo.

-Decime algo amor por favor.

Simplemente me quedo mirándolo tratando de entender.


Qué carajo se me pasó por la cabeza para estar con un tipo como el?

Cristián y yo nos conocemos desde que yo tenía 13 años y el, junto con toda su familia, se mudó a la casa de enfrente. Mis hermanos más grandes claramente se hicieron amigos de los nuevos vecinos y por consecuencia de el; a los 15 me pidió ser la novia y a los 23 casamiento.

Fueron 8 largos años de noviazgo en el que nos quisimos mucho, hasta que encontrarlo cogiendose a mi supuesta mejor amiga en nuestra cama le arruinará los planes de la familia perfecta.

Recuerdo llegar a nuestra casa muy cansada de mi trabajo horas antes de que termine mi horario de salida porque mi jefe me dijo que fuera a descansar y sentarme en el living creyendo que Cristián se encontraba descansando debido a su entrenamiento en el club, en el instante en que me estaba por sacar los zapatos un ruido proveniente de el piso de arriba hizo que me levante del sillón para así subir las escaleras a pasos lentos creyendo que se trataba de la televisión o algo así.

Claramente no esperaba encontrarme a mi futuro marido dándole en cuatro a mi mejor amiga.

En ese momento no supe que hacer y mi primer instinto fue apartar la vista saliendo de ahí rápidamente dando un portazo para agarrar mis cosas y salir a buscar mi auto. Mi celular explotaba de mensajes de el pero yo no podía leerlos por las lágrimas que me cubrían la cara, estuve manejando hasta que llegué a un lugar bastante lejos y pude sacar mi llanto libremente.

Eso pasó hace exactamente 6 meses, meses en los cuales me tomé el tiempo de estar sola y acordarme de que la prioridad siempre tengo que ser yo.

Por eso el hecho de tenerlo en frente de la puerta de entrada en mi edificio no me sorprende para nada. Lo que si me sorprende es que teniendo de frente al hombre que jure amar para siempre no me mueva un pelo, lo único que siento es asco, ni siquiera odio.

Trato de buscar esa perfección que yo antes veía todo el tiempo, pero en su lugar lo único que encuentro es a un hombre muy estupido que no sabe valorar nada.

Ahora entiendo porque a penas me separé su "amigo" Lisandro corrió a buscarme.

No niego que al principio lo único que quería era estar con el para pagarle con la misma moneda a Cristián, pero con el tiempo pude entender que el era un hombre y Cristián un pendejo.

Si bien Cristián es hombre hermoso, esos ojos negros antes podían ponerme de rodillas en segundos, los labios gruesos te tientan a lanzarte a probar su boca aunque sea una vez, pero yo ni siquiera puedo verlo como un hombre. Me dirán que estoy loca pero ¿Como pude soportar tanto tiempo a un pendejito inmaduro que se cree con el poder de manejarme solo porque el juega bien a la pelotita?

Fueron incontables las veces que tuve que llegar tarde a salidas porque según el la pollera era muy corta, o el top era muy chiquito e incluso que me vestía como una puta.

Al principio eran comentarios inocentes pero con el tiempo te vas dando cuenta que no, hasta que un dia me negué a cambiarme y me hizo llorar gritándome de todo hasta incluso que gracias a el estaba ahí porque sin el no hubiera salido del infierno que era mi casa. Siempre hice todo lo que el quería, me rebaje, me humille y perdi mi dignidad incontables veces solo por el y para no perderlo. Perdi años de mi vida por un hombre al que siempre tuve idealizado hasta el punto en que la vida me dio un golpe de realidad bastante necesario para hacerme entender que no era tan perfecto como yo lo veía e incluso que ni siquiera lo conocía tan bien como creía.

El no era mi Cristián, el hombre atento, cariñoso, divertido y que preferiría morirse antes de lastimarme.

No reconocía al hombre que tenía en frente.

El ya no era el.

Y eso si que dolía mucho.

Daría de todo porque vuelva a ser el chico que me regalaba flores, el que me esperaba a las 2 de la mañana en la plaza cuando me escapaba para ir a verlo, el que me dedicaba todos sus goles en la canchita del barrio, que antes de cada partido se escapaba a darme un beso porque yo era su cabala y así con un montón de cosas. Pero lastimosamente el no volvería a ser así y en caso de que volviera a ser así yo ya no estaría con el para verlo.

Me costó tanto tiempo saber lo que valgo que en estos momentos lo único que puedo pensar es en mi y en nada más.

No niego que tenerlo en frente con lágrimas brotando a montones de sus ojos y esa mirada tan desolada me remueve una fibra sensible pero el pensamiento de que yo estuve en su lugar y a el jamás le importó me gana.

Y el saber que lisandro me está esperando en mi departamento con la comida hecha me termina de convencer.

-Vos y yo no vamos a volver nunca Cristián.- El llanto desgarrador que suelta me hace querer abrazarlo por la lástima que me genera pero recuerdo que mientras yo lloraba de esa misma forma el se cogia a todo lo que se le pasara por en frente confiado en que yo lo perdonaría y volvería con el como siempre.- Tenes que aceptar que me perdiste, así me pidas perdón en todos los idiomas, yo no te voy a perdonar nunca ni voy a querer estar cerca tuyo y menos que menos voy a querer verte. Yo no te amo, te dejé de amar hace un tiempo ya, así que te pido que me dejes en paz y así pueda rehacer mi vida con alguien más que si sabe valorarme y me ama como a nada. Tenes que olvidarme porque vos a mí no me amas, lo que vos tenés es que estas acostumbrado a tenerme siempre para vos, nosotros nos dejamos de amar hace mucho Cris. Nos volvimos tóxicos ya ni siquiera éramos una pareja, solo estamos juntos por eso, por costumbre, y no digo que no nos amamos porque lo hicimos y mucho pero ya es tiempo de que me sueltes como yo lo hice con vos.

-No me digas amor, yo se que vos no me olvidaste solo estas enojada y por eso decís todo esto gorda vos me amas.

-No Cristián, yo no te amo.

La mirada llena de incredulidad que me dedica me hacen darme cuenta de que mis palabras son más que sinceras y que ese mínimo amor que aún le guardaba ya no existe. Saco sus manos de mis brazos que anteriormente había puesto para retenerme y me doy vuelta para seguir mi camino hacia mi edificio.

Yo se que va a estar bien.

Como yo lo estoy ahora con alguien más.






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