El mar Adriático, sus mejores leyendas reflejan la lucha constante entre el bien y el mal, el poder llegar a encontrar un refugio, la influencia y el poder de las cosas y la creencia sobre algo.
—¿Por qué tenemos que estudiar las leyendas de este mar? —pregunta Angie, tratando de parecer interesada aunque con un pequeño tono de desgana.
Sarah suspira, fingiendo paciencia.
—¿Porqué es lo que nos ha mandado a hacer la profesora tal vez?. Y si queremos sacar una buena nota, tenemos que hacerlo bien.
—Si, supongo que tienes razón...—responde Angie, intentando mantener la calma.
La profesora de mitología, Diana, había mandado a hacer exposiciones sobre los mares, a nosotras nos tocó el mar Adriático. No entiendo cómo acabamos las tres juntas para hacerlo. A Sarah nunca le ha caído bien Angie.
—Bueno, entonces aparecen naufragados, o como se llamen, en las orillas en algunas leyendas, ¿no? —pregunto, tratando de cambiar un poco la conversación.
—Sí, es una parte común en muchas leyendas marinas —responde Sarah con una mirada de molestia apenas disimulada.
Angie sigue adelante, tratando de opinar ocasionalmente para demostrar que está participando, pero Sarah prefiere concentrarse en hacer el trabajo bien y llevarse lo justo para no terminar matándola.
_________________________________________Estoy en frente de la puerta de mi casa, tocó el timbre y mi hermano no tarda en abrir. Me mira con resentimiento y me ignora dejándome sola hay parada.
Entro y cierro la puerta, voy por el pasillo, miro hacia la cocina y veo un desorden abismal. Sigo y veo la ropa tirada sin doblar, la mesa sucia y con basura. Me dirigí hacia mi habitación, me quito los zapatos y los cambio por unas zapatillas para estar por casa.
Dejo mi mochila tirada cerca de mi escritorio y me tiro a la cama, saco mi móvil y veo la hora «14:40» mi madre ya no tarda en venir, tengo que darme prisa y ordenarlo todo, a ver si consigo apaciguar los gritos hoy.
Me levanto sin ganas y voy hacia mi escritorio, recogí las cosas tiradas y las guardo en el cajón para aparentar un poco de orden.
El desorden en la cocina parece más desalentador que antes, con platos sucios apilados en el fregadero y migas por todas partes. Suspiro, recogiendo fuerzas para empezar. Comienzo por los platos, me doy prisa en fregar todo. Cuando termino me dispongo a limpiar la encimera y quitar todas esa migas que solo podrían atraer bichos, y no quiero escuchar a madre por eso.
Termino en la cocina y regreso al salón, recogiendo la ropa tirada y doblándola. La mesa requiere más esfuerzo, así que empiezo por la basura: envases vacíos, papeles arrugados y restos de comida. Todo va al cubo, y después limpio la superficie con un paño húmedo.
Exhausta me siento un momento en una silla. Miro la hora en mi móvil «15:27» entonces recuerdo que no he barrido, rápidamente me levanto, me dirigí hacia la cocina y agarro la escoba y el recogedor, voy a la sala y comienzo a barrer todo.
Empiezo a juntar el polvo y las migajas dispersas por el suelo, asegurándome de no dejar ningún rincón sin limpiar.
Termino de barrer la sala y me dirijo al pasillo para repetir el proceso. Recojo los restos acumulados y me detengo un momento para respirar hondo. Limpiar alivia un poco mi frustración y me distrae de mis pensamientos, pero sé que aún queda trabajo por hacer.
Una vez que he terminado con el pasillo, vuelvo a la cocina. Repito el mismo proceso y me aseguro de que no queden restos de la basura que recogí antes. Finalmente, vacío el recogedor en el cubo de basura y guardo todo en su lugar.
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El Faro De Las Almas Perdidas
Teen FictionHay más de 7 mares en el mundo, según lo que cada persona considere mar, hay unos 50, pero está historia se centrará en 7. 7 personas que son mares que nadie más conoce, ni siquiera ellos mismos, que solo esperan por encontrar la luz de su faro, mie...