XXI

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Había sido pesado, más le valía a Suga que aquellos planes valieran la pena porque su cuerpo le estaba doliendo lo suficiente para exigirle un descanso de horas.

Y solo había un lugar al que siempre acudía cuando se sentía así.

Quizás esta ocasión sería diferente, pero bueno, al final un par de palabras bonitas, besos y cariños lo pondrían nuevamente en la palma de su mano. Y hoy no sería la excepción.

Se había aparcado afuera de la gran casa, ubicando la ventana a la habitación de Jin.

Eran días con demasiado calor, y el menor siempre la dejaba abierta por las noches así permitía que el frio de la madrugada se adentrara al cuarto, o al menos recordaba que Jin le habia dicho algo similar una vez.
No era como que le prestará mucha atención en las pláticas que tenian.

Palpo en el interior de su chamarra, asegurándose que aquella caja aun siguiera intacta. Jin se infartará cuando vea la mano de aquel sujeto destrozada. No pudo encontrar donde había caído el falange amputado, pero estaba seguro de que lo demás era mejor que un simple dedo.

Aun podía recordar cuanto imploro el sujeto.



- ¿Quieres que sufra mucho? - pregunto el mayor

- Si - afirmó

Una risa coqueta sonó al fondo llamando la atención de ambos - Mi señor, ¿puedo hacerlo yo? - pidió Jimin con un puchero intentando convencer al pelinegro 

- Quédate callado no quiero tener que romperte la boca - amenazó.

Jimin se cruzó de brazos y se sentó en el suelo molesto - Hombres tontos - susurro para sí mismo

- Te escuché, muñequita

El rubio rio tímido, volviendo a sentir ese pequeño hormigueó que aparecía en su estómago cada que Suga le llamaba así. Amaba ese apodo.

- Esta aura me está asqueando demasiado, ¿Podemos apresurarnos? - reprocho Namjoon

- Vez aquella jeringa a tu derecha, inyéctalo - ordeno Suga

El peligris obedeció y cuando aquel líquido fue vaciado por completo, aquel sujeto despertó al instante. Sus pupilas estaban demasiado dilatadas, había temblores en su cuerpo y su respiración sonaba demasiado acelerada; era tanta su energía.

- ¡¿Quiénes son ustedes?! - Hablo alto, fuera de lo normal

- No tienes ni ide... - respondió Kim

- El diablo, buuu~uu - interrumpió Jimin haciendo que los hombres voltearan a verle.

- Una más muñeca y te encierro arriba - advirtió Suga

El menor acerco su mano derecha simulando cerrar su boca como si hubiese una clase de zipper adherido en sus labios y arrojar la llave lejos, acción que saco una sonrisa en el pelinegro.

- Puta mierda, ustedes son todo un caso y esto es serio - reprochó el peligris

- Deja de joder Namjoon, solo apresúrate que ahora tengo ahora unas inmensas ganas de coger. 

El mencionado rodo lo ojos y continuó, aunque ahora toda el aura intimidante se hubiese ido a la mierda - Tú - señaló al hombre atado - Tú has tocado a alguien que me pertenece, lo heriste físicamente como mentalmente y eso no me agrado para nada ¿sabes? - Explico Kim

- Yo~o no no no hice nada~a - respondió con impaciencia el hombre. Sentirse inmóvil lo hacía ponerse intranquilo.

- Claro que lo has hecho, sí no, créeme que no estarías aquí - enojado, Namjoon paso fugazmente el filo de aquella navaja, cortando la epidermis desnuda del torso. Agradecía la idea de Suga en desvestirlo, pues podía ver como la sangre salía y escurría sobre su estómago sacándole un profundo quejido al tipo - No me interesa lo que tengas que decir, así que empieza a suplicar y gritar - volteo a ver a Suga otorgándole un asentimiento de cabeza que le hizo entender que podía empezar a girar aquella manivela. 

Limerence Sick [YoonMin] +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora