𝙅𝙪𝙟𝙪𝙩𝙨𝙪 𝙆𝙖𝙞𝙨𝙚𝙣 - 𝙤𝙣𝙚 𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨

0.1

•Gojo
•Male!lector
•Sukuna

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Estaba en mi habitación viendo algunas películas, en eso me preguntó cuando volverá Gojo, no ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos, pero aún así lo extraño demasiado, en eso me llega un mensaje, era de Gojo.

-Amor hoy no llegaré a casa, estoy muy ocupado con el trabajo últimamente, y lo sabes, nos vemos después.

-No te preocupes lo entiendo, te estaré esperando, te amo.

Respondí y seguí viendo la película, en eso algunos pensamientos se pasaron por mi cabeza, Gojo se estaba comportando de manera extraña, pocas veces llegaba a la casa y ya no mostraba el mismo cariño que antes, esto me ponía muy triste últimamente, ya no quería pensar más, así que tome una pequeña siesta.

Abrí mis ojos lentamente, busque algún rastro de Gojo, pero obviamente no estaba en casa, estaba muy preocupado por lo que decidí llamarlo para confirmar si todo iba bien, pero no respondió ninguna de mis llamadas, así que opté por llamar a alguno de sus amigos.

-Hola Nanami, perdón que te moleste, ¿Gojo sigue en el trabajo?

-¿Gojo? Él no ha venido a trabajar hoy, pensé que estaba contigo y por eso se ausento.

-¿Qué? Él me dijo que estaba muy ocupado con el trabajo, de igual manera, muchas gracias por avisarme Nanami, nos vemos.

Esto me había dejado sin palabras, no sabía que demonios estaba sucediendo, algo me estaba ocultando Gojo, algo muy grande, por lo que seguí insistiendo en llamar, pero otra vez no contestaba ninguna de mis llamadas. Estaba tan intranquilo que decidí salir a buscarlo, y el primer lugar que se me vino a la mente fue un oculto bar al que solía ir Gojo de vez en cuando, porque si algo estaba pasando, yo iba a descubrir la verdad a toda costa.

Había llegado aquel lugar poco transitado, entré y mis ojos empezaron a buscar dicho rostro familiar, pero no había ningún rastro de él, por lo que decidí rendirme e irme de ese lugar, pero cuando estaba a punto de salir, escuché aquella voz familiar detrás mía, sentí un alivio así que me volteo para hablar con él, pero me llevé una gran sorpresa, no estaba solo, junto a él había una hermosa mujer rubia, alta y de ojos verdes.

-¿Qué demonios Gojo? ¿Quién es ella?

-Amor puedo explicarlo, solo es una amiga del trabajo.

Él iba a seguir explicando cuando aquella mujer lo interrumpió.

-¿Amiga? Pensé que estábamos saliendo.

Esas palabras fueron suficientes para saber que estaba pasando, mi corazón se había roto en mil pedazos, Gojo intentó detenerme, pero simplemente corrí, las lágrimas caían sobre mis mejillas, no sabía hacia donde estaba yendo, pero quería escapar de aquel lugar, iba tan metiendo en mis pensamientos que sin querer choque con un hombre, y me tropecé, rápidamente me pare para pedir disculpas.

-Lo siento, iba muy distraído ¿Se encuentra bien?

-No te preocupes, yo debería disculparme, te hice caer, ¿No estás herido?

-No, no, estoy bien, solo fue un pequeño golpe.

-Debes tener más cuidado, te pudo haber sucedido algo peor.

En eso, él hombre me dió algunos pañuelos, agradecido los tomé y me limpie las lágrimas, aún seguía muy dolido por lo que hizo Gojo, por lo que otra vez me perdí en mis pensamientos.

-Oye, te estoy hablando ¿Quieres algo de beber? Te veo muy agitado.

-Oh, muchas gracias, corrí demasiado sin darme cuenta.

El hombre rápidamente entró a una tienda cercana, me senté en una banca que había fuera, él hombre salió con la botella de agua y algunos dulces.

-Toma, algo dulce para que subas un poco el ánimo.

Agradecí nuevamente y le pregunté

-¿Puedo saber su nombre? Para agradecer como corresponde.

-Me llamo Ryomen Sukuna, pero dime simplemente Sukuna.

-Muchas gracias por todo señor Sukuna, usted es una persona muy amable.

Me sorprendía que su apariencia era muy distinta a su actitud, era un hombre alto, con una mirada muy fría, pero hablar con él se sentía muy cálido, estuvimos un largo rato hablando, hasta que me di cuenta que ya se estaba haciendo tarde.

-Me agradó mucho hablar con usted señor Sukuna, pero ya es algo tarde.

-Vamos, yo te llevo a tu casa.

-No se preocupe, puedo caminar solo, no está muy lejos de aquí.

Él seguía insistiendo, hasta que acepté, nos subimos al auto, y le indique por dónde era, ya estábamos casi cerca y cuando llegamos ví aquel hombre que desearía no volver a ver nunca más, Gojo estaba frente a la casa, era obvio que estaba esperándome, Sukuna se dió cuenta de la situación, por lo que no se detuvo y simplemente siguió.

-Oye, ¿Te gustaría quedarte hoy en mi casa? No tengo ningún problema.

-No, ya me ha ayudado lo suficiente, agradezco mucho su oferta, pero no quiero seguir molestando.

No te preocupes, no eres ningúna molestia, más bien, me gustó pasar el rato contigo.

Con esas palabras me puse muy nervioso y mis mejillas se tornaron de un color carmín.

-¿Entonces qué dices? Vamos a mi casa y así seguimos charlando de todo lo que se nos ocurra.

-Señor Sukuna, de verdad le agradezco mucho su ayuda, es como un ángel mandado por Dios.

Luego de ese comentario, Sukuna me dedico una cálida sonrisa, que podría pasar horas admirando, estar con él me dió una paz y un sentimiento muy extraño, algo que hace tiempo no sentía, porque tampoco hablaba con otra persona que no fuera Gojo, ya que él era muy celoso y controlador, si me veía hablando con cualquier otra persona que no fuera él, se ponía muy agresivo, por esta razón me alegra poder separarme de Gojo, ahora siento la verdadera libertad, al fin podré conectar con nuevas personas y mi primera conexión fue con aquel desconocido, Sukuna.

Habíamos llegado y quedé muy sorprendido, su casa era increíblemente enorme, ahora dudaba si no me estaba involucrando con algún mafioso, u algo por el estilo, pero en ese momento tampoco me importaba mucho en que estaba metido, solo quería seguir hablando con él de cualquier locura o anécdotas divertidas, y así nos pasamos horas hablando de cosas absurdas y riendo como locos, que sin darnos cuenta nos quedamos plenamente dormidos y está sin duda alguna, fue la mejor noche de mi vida.