000. | 𝐅𝐑𝐄𝐄𝐃𝐎𝐌 - Minho

- 𝟏𝟒 | 𝐨𝐧𝐞 𝐩𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦

- ͙۪۪̥˚┊❛ [ 𝐮𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚 ] ❜┊˚ ͙۪۪̥◌

CUANDOALICE ABRIÓ LOS OJOS, SE ENCONTRÓ JUNTO A THOMAS Y TERESA EN EL HOYO. Ayer por la noche, Gally se hizo con el control del Claro, por lo tanto, Newt ya no tenía poder sobre nadie, así que decidió encerrar a los últimos tres llegados por "seguridad".

Claro que ellos, estaban en contra de su voluntad, aprovecharon que Thomas, el que más peleaba, estaba inconsciente para que fuese más fácil meterles.

— Aun no hemos tenido tiempo de presentarnos. – Le dijo Alice al ver que Teresa estaba sumida en sus pensamientos mirando a Thomas, quien reposaba en las piernas de la chica. – Soy Alice.

— Teresa.

Se quedaron calladas, la verdad es que Alice quería poner un tema de conversación por lo menos por intentar llevarse bien con la única chica que había junto a ella, pero no sabía de que hablar.

— ¿Recuerdas algo de... ya sabes, tu vida antes de llegar?

Solo recuerdo mi nombre, como todos, ¿no?

— Lo digo, por que Thomas a estado teniendo pesadillas cada noche desde que llegó peor no quiere hablar de ellas con nadie. Y creo que son de su vida antes de llegar aquí. Por eso te pregunto si recordabas algo. – Explicó Alice.

— No, la verdad. – Dijo Teresa con la cabeza agachada. – Cambiando de tema, ¿que hay entre el asiático y tú? – Dijo divertida.

— ¿Minho? Nada, solo somos buenos amigos. – Respondió nerviosa mientras reía un poco. – De verdad, solo nos llevamos bien desde mi llegada.

— Si, pues no parece que seáis "amigos". – Recalcó la última palabra. – Ayer por la noche no te quitaba la vista de encima.

— Eso es porque había Laceradores en el campo.

— Alice. No me refiero a esa vista. Me refiero a que te ve de una forma, no se, distinta a los demás con poca fama para ser de amistad.

Alice se quedó pensativa, pero con la cara como un tomate. Siempre recordaba esa sensación de cunado estaba cerca de Minho. Era extraña.

— Ya bueno, ¿y tu con Thomas?

— Solo le tengo confianza a él porque es el único con el que tengo algún recuerdo más cercano.

—También me recuerdas a mí.

— ¿Y cuantas veces hemos hablado para que te tenga confianza? – Insinuó Teresa. Alice se quedó callada negando con la cabeza. – Pero si estas insinuando algo, me gustaría que supieras que no pasa nada entre nosotros, le conozco de dos días que llevo aquí.

Y hablando de Minho, le vieron acercarse junto a Chuck y Newt.

— Hola, chicas. – Dijo Newt. - ¿Qué tal?

— Tu como crees, rubito. – Dijo Alice. – Pasa tu aquí la noche a ver que te parece.

Thomas, abrió los ojos. Teresa apoyó una mano en su pecho para que no se sobresaltara.

— Hola. – Le dijo calmada. - ¿Estas bien?

El chico se quedó callado mientras acomodaba un poco la cabeza y se quedaba mirando a Teresa. Alice le echó una mirada divertida mientras levantaba una deja cuando Teresa la miró. Ella negó con una pequeña sonrisa en la cara.

— ¿En que coño estabas pensado? – Intervino Chuck.

Alice y Teresa levantaron la cabeza hacía él. Era de las pocas veces que Chuck hablaba de esa manera y con malas palabras de por medio. Thomas se levantó al darse cuenta de que no estaban solos.

— ¿Qué ha pasado? – Preguntó aturdido mirando a Teresa en busca de alguna explicación.

— Gally se ha hecho con el control del Claro. – Explicó Newt. – Dijo que teníamos que elegir. O unirnos a él, o ser desterrados.

Thomas comenzó a negar con el cabeza harto de las decisiones y acciones que tomaba Gally. Se incorporó un poco más con un poco de dificultad.

— ¿Y los demás están de acuerdo?

— Gally los ha convencido de que eres el culpable de que todo esto pasara. – Le dijo Alice.

— Pues de momento a acertado.

— ¿De que estas hablando? – Preguntó esta vez Minho con curiosidad.

— Este sitio, no es lo que nosotros creíamos. Es un experimento, no una cárcel. – Todos le miraban prestando atención. – Todo comenzó cuando éramos niños. Nos ponían unos retos. Experimentaban con nosotros. Y luego la gente empezó a desaparecer. Cada mes, uno tras otro como un reloj.

— ¿Nos enviaban al Laberinto? – Preguntó Newt.

— Si, pero no a todos nosotros.

— ¿Entonces? – Volvió a preguntar buscando respuestas a lo que acababa de explicar.

— Tío, soy uno de ellos. – Dijo mirando a los chicos que estaban frente a la puerta. – Trabajo para la gente que os ha traído aquí. – Los chicos apartaron la mirada de Thomas mientras que las dos chicas le miraban sin creer lo que estaba diciendo. – Os observe durante años. Todo el tiempo que habéis estado aquí, yo estaba al otro lado. Y vosotras también. – Dijo esta vez mirando a Teresa y a Alice, quienes le miraban estupefactas.

— ¿Qué? – Preguntó Alice sin creérselo. - ¿Cómo...? ¿Cómo vamos a hacerles esto a esta gente?

— Alice, Teresa. Nosotros les hicimos esto. – Teresa comenzó a negar con la cabeza mientras se le llenaban los ojos de lágrimas. Alice en cambio, ya tenía algunas cayendo por sus mejillas silenciosamente.

— No... Eso no puede ser verdad. – Comenzó negando la de ojos azules.

— Lo es. Lo he visto.

— ¿Por qué iban a enviarnos aquí si trabajábamos con ellos?

— Eso no importa.

— Tiene razón. – Interrumpió Newt. Todos le miraron. – No importa. Nada de esto. Porque las personas que éramos antes del Laberinto, ya ni siquiera existen. Esos creadores se encargaron de que así fuera. Pero lo que si importa es lo que somos ahora y lo que hagamos ahora mismo. Tu entraste al Laberinto y encontraste una salida.

— Si, pero si no llego a hacerlo Alby aun seguiría vivo. – Le dijo Thomas.

— Bueno. – Se quedó callado unos segundos. – Pero si el estuviera aquí estaría diciéndote lo mismo. Levanta el culo y acaba lo que empezaste, porque si nos quedamos quietos, Alby habrá muerto por nada y yo no puedo permitir eso.

— Vale. Pero primero tenemos que superar a Gally. 

Atte. Mar