Capitulo 7. - Como Escoger a tu dragón

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Aquí en Berck, siempre hemos hecho las cosas de una misma manera, a la manera vikinga. Desde que conozco a los dragones, la manera vikinga se ha vuelto la manera dificil. Al menos para mi. 

En el puerto de Berck podemos observar a varios vikingos jalando un barco que estaba destrozado de proa a popa. Mientras tanto, en la orilla, el herrero de Berck y su aprendiz se encontraban con varias tablas de madera en mano, además de herramientas para reparar el barco. Aunque este no era su trabajo habitual, el jefe estaba demasiado ocupado tratando de crear un plan para acabar con ese dragón que ultimamente amenazaba sus pescas, por lo cual delegó la responsabilidad de reconstruir barcos a Bocón y a su hijo Hipo.

Estoico, el jefe del clan, había decidido asignar esta tarea a su hijo Hipo no solo porque estaba absorto en sus planes contra el dragón, sino también con una intención más profunda. Estoico quería que Hipo comprendiera que ser herrero era mucho más que solo fundir hierro y hacer armas. Ser herrero implicaba una serie de responsabilidades cruciales para la comunidad, como la reparación de barcos, esenciales para la supervivencia y el comercio del pueblo.

Además, Estoico esperaba que, al enfrentar las duras y variadas tareas del oficio, Hipo se cansara y comprendiera que el camino del herrero no era fácil ni glamoroso. Pensaba que eso podría motivar a Hipo a buscar un camino más acorde con las expectativas de un jefe como lo es dirigir, tomar decisiones estratégicas y liderar a su gente.

Mientras Hipo martillaba y comenzaba la reconstrucción, su maestro estaba hablando con el jefe.

Bocón: ¡Fue ese dragón de nuevo! Es el segundo barco que destruye esta semana.

Estoico: Bien, pues hemos perdido otra pesca completa. La podríamos haber salvado si hubiéramos llegado antes.

Bocón, con una mueca de frustración, insinuó

Bocón: No sé cómo podríamos llegar antes, jefe...-dijo mirando a su alumno

Hipo, sin poder contenerse, sugirió

Hipo: No sé, tal vez estando en el lugar desde el principio.- sugiro dando a enteder que no aun no era tiempo

Estoico ignoró a Hipo y siguió hablando con Bocón, quien repitió la sugerencia de Hipo

Bocón: Quizá si. Si estuviéramos allí desde el principio, podríamos prevenir estos ataques.

Estoico: Tienes razón, Bocón. ¿Tienes algún plan?

Bocón: Bueno quizas algunos...

Estoico: Perfecto, seran utiles en la reunión de hoy con el consejo 

Hipo: ¿Reunirás al consejo por un dragón? De verdad que lo estás considerando una amenaza potencial -dijo Hipo, un tanto preocupado por el pobre dragón.

Estoico: Y bien, Bocón, ¿qué sugieres? – dijo nuevamente pasando a un lado a su hijo.

Bocón se emocionó, sintiendo que hacía mucho tiempo que él y su mejor amigo, el jefe de Berck, no tenían una conversación tan amena y colaborativa. Comenzó a hablar, también ignorando a su alumno y dejándolo con todo el trabajo.

Hipo: Debí esperármelo, sigue ignorándome – suspiró resignado.

Bocón y Estoico continuaron discutiendo estrategias, mientras Hipo volvía a su trabajo, sabiendo que su maestro se perdería en sus pensamientos e historias, olvidando que tenían trabajo pendiente. Por lo cual, él debería terminar toda la reparación solo, de nuevo.

Ya era más tarde, Hipo se encontraba en la cala revisando su libro de dragones. No era tan grande como el de Berck; era más como un libro de bolsillo que podría llevarse en caso de que necesitara huir de Berck. En el libro estaba revisando todas las posibles especies de dragones marinos, ya que asumía que si el dragón salía de la nada, como varios pescadores le habían comentado, debía ser un dragón marino.

Como entrenar a tu dragón alternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora