1- INSOMNIO

47 5 5
                                    

Emma

No es ningún secreto que últimamente no duermo bien.

Siempre he sido una de esas personas tan odiadas que nada más rozar el colchón caen en un sueño profundo. Soy capaz de dormir diez horas consecutivas y seguir cansada todo el día.

Qué puedo decir, es una habilidad... o una maldición.

Por eso mismo estoy tan agotada. Dormir mal, o directamente, no dormir, es el peor castigo que me pueden poner.

—¿Estás despierta?—golpea a mi puerta, por tercera vez esta noche.

—No—murmuro contra la almohada.

Ignorando mi respuesta por completo, abre la puerta de un golpe acompañándolo de un fuerte suspiro de cansancio. Como si no hiciera ya el suficiente ruido, ¡estoy despierta, joder!

—Está en línea y no me responde, creo que me va a dar algo—grita Leyre.

Enciende la luz de sopetón, dejándome ciega unos segundos. No tardo en ver a una pelirroja bajita correr, estresada, hasta mi cama.

—Seguro se piensa que estoy dormida y aprovecha para hablar con la otra, vaya zorra—se queja, dejándose caer a mi lado.

Ojalá estuviera dormida, o al menos tranquilita en su habitación y no despertándome a cada rato.

Me incorporo mirando la pantalla de su móvil, que casi me estampa en la cara. Y sí, efectivamente, su novio, Ryan, está en línea. ¡¿Por qué demonios está en línea?!

—Leyre, son casi las cuatro de la mañana—cansada, me froto los ojos.

—¡¿Y qué?! Más razón para que me agobie tanto—vuelve a suspirar—. Ya no me quiere...

Lleva una eternidad con lo mismo; que si Ryan esto, que si Ryan lo otro, Ryan, Ryan, Ryan, bla, bla, bla...

—Claro que te quiere, te quiere muchísimo.

No debo de sonar muy convincente porque Leyre, apoyando su cabeza en mi hombro, comienza a llorar.

Otra vez.

Tampoco puedo hacer mucho más, estoy tan cansada que no sé ni como animar a mi mejor amiga. Deberían darme un premio a la amiga nocturna más terrible en la faz de la Tierra.

—Te lo digo de verdad—acaricio su pelo, demasiado suave y perfecto para ser ¡las cuatro de la madrugada!—. Lleváis juntos, ¿cuánto? ¿siete años?

Leyre absorbe por la nariz, negando con la cabeza.

—En nada haremos ocho.

—¿Ves? Duérmete y te aseguro que te despertarás con un mensaje suyo. Para aguantarte tanto tiempo hay que quererte un montón—bromeo.

—¿Eso va con segundas?—ríe mientras aparta una lágrima con la mano—Me amas, ¿verdad?

—¡Que va! Yo no te soporto—ironizo.

Intenta poner morritos, pero una carcajada sale de su boca. Yo rio con ella, y tras eso, silencio. Ambas nos miramos, la conozco demasiado para saber lo que eso significa.

—¿Me lo aseguras?—irrumpe el silencio, muy seria, refiriéndose a su novio.

—Sí—respondo con la misma seriedad.

En sus ojos veo cómo no se cree ni una sola palabra que sale de mi boca. Rendida, se levanta suspirando una última vez.

—Buenas noches, Emma.

En realidad, sé que no se ha rendido, pero estoy segura de que no volverá más esta noche. Lo sé porque ha decidido que no vale la pena, al menos hoy.

Ryan y Leyre llevan juntos desde el primer año de instituto. Fue un flechazo, o como a ella le gusta llamar "amor de verdad".

Yo nunca he creído en el amor, más bien, opino que es algo banal. Pero verlos a ellos, a Leyre y Ryan, me hizo dudar.

Sentir Empieza Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora