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Ese día habían logrado avanzar bastante con lo básico pero lo más difícil de la maqueta: hacer que las capas encajaran unas con otras perfectamente. Estuvieron toda la tarde en eso, pero al caer la noche había valido la pena. Tenían la estructura principal hecha, todo con ayuda de Jungkook. Ambos omegas le estuvieron muy agradecidos y Jungkook se sintió feliz de poder haber ayudado a su hijo.

A Sunoo lo pasó a buscar su madre Byulyi. Ambos padres se saludaron y luego se despidieron junto a sus hijos. Cuando finalmente sólo quedó la familia en casa, Jungwon se estiró y caminó hacia el sofá para desparramarse allí junto a su padre, que también estaba descansando después de haberse dedicado a hacer la cena al Jungkook estar ocupado con la maqueta.

—Veo que no soy el único cansado —dijo Jimin con una sonrisa mientras atraía a su hijo en un abrazo de lado. Jungwon se acurrucó contra su costado y le correspondió el abrazo, resoplando de satisfacción y disfrutando del olor paternal de Jimin.

Un llanto se escuchó en la planta de arriba y Jimin estaba a punto de incorporarse cuando Jungkook trotó hacia las escaleras.

—Yo iré, amor —Jimin nomás no insistió para no dejar a Jungwon, así que volvió a acomodarse y acarició el brazo de su hijo mayor, quien lentamente se relajó contra su costado, quedándose dormido.

Jimin sonrió y lo estrechó contra él, liberando de su aroma para arrullar a Jungwon. Fue cuestión de algunos minutos para que el llanto lejano se calmara y poco tiempo después Jungkook bajó las escaleras con sus dos bebés de dos años. Cuando llegó a la sala Jimin pudo ver que ambos volvían a dormitar contra el pecho de su esposo.

Jungkook se sentó en el lado donde no estaba Jungwon para recostarse también en Jimin. El omega lo recibió con el brazo abierto y Jungkook hizo lo mismo que Jungwon, sólo teniendo que acomodarse mejor con sus dos hijos en brazos sin el peligro de que se cayeran si llegaba a quedarse dormido. Jimin se sentía pleno al darse cuenta de la hermosa familia que tenían y su lobo se encontraba satisfecho y feliz por la agradable combinación entre todos los olores. Era el aroma de un hogar.

Esa mañana la casa despertó oliendo extrañamente fuerte a Jungwon

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Esa mañana la casa despertó oliendo extrañamente fuerte a Jungwon.

—Cariño ¿por qué huele a celo? —preguntó Jimin distraídamente antes de empezar a cepillarse.

—¿A celo? —Jungkook olisqueó el aire en su habitación y, efectivamente, olía a celo. Jungkook expandió sus ojos cuando se dio cuenta y salió corriendo de la habitación.

El celo de Jungwon.

Cuando abrió la puerta de la habitación de su hijo, el fuerte olor lo mareó por un momento. Sin embargo, su lobo sólo encendió la necesidad viva de proteger a su cachorro, quien sollozaba en su cama. Cuando Jungwon se dio cuenta de la presencia de Jungkook por su olor, lo miró con los ojos llorosos mientras se sostenía el vientre, hecho una bolita en su cama.

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