kaizen, ken s.

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Cuando empiezas a ascender de forma drástica en el deporte, los focos y cámaras comienzan a señalarte cada vez más, como si una docena de armas láser estuvieran apuntando tu cuerpo constantemente, como si un paso en falso condenaría tu vida para siempre. Yū odiaba tener la atención de los medios sobre él, pero sabía que se había vuelto parte de su trabajo al envolverse en un deporte como lo es el béisbol. Aprendió a contestar y a evadir preguntas, a sacar y mostrar su mejor ángulo en las cámaras, a ser cuidadoso y no levantar de más la atención ante los seguidores o medios de comunicación que suelen aparecer como por arte de magia en la calle o en las afueras de cualquier establecimiento al que él ingresara.

Había aprendido bastantes cosas en ocho años desde que conoció al entrenador Shimura, quien siempre lo ha alentado a mejorar, por lo que evolucionó como persona, pero sobre todo como jugador. Logró desarrollar una pasión por el béisbol, aunque este no dejaba de ser un simple hobby para Yū, al menos está vez lo jugaba con más motivación y era consciente de todo lo que pasaba a su alrededor al poner un pie en el campo.

Durante un periodo de tiempo, los Yomiuri Giants se habían enfrentado constantemente a las críticas de la prensa deportiva debido al constante fracaso del equipo al intentar ganar la Liga Japonesa de Béisbol Profesional, o NPB por sus siglas en inglés -Nippon Professional Baseball-, no eran un equipo sobresaliente y la mala racha que cargaba el grupo hacía que los jugadores tuvieran un debate constante sobre si deberían continuar o simplemente fichar para otro equipo. Todo esto se resolvió cuando Yū aceptó la propuesta de Shimura, ya que al parecer el Hamada no podía decir que no cuando una persona parecía bastante desesperada o ansiosa. El chico de, ese entonces, veintitrés años había obtenido una cantidad de propuestas sobre equipos interesados en él, inclusive la MLB lo tenía en la mira, puesto que había terminado su carrera universitaria y podía dedicarse con más libertad al deporte, pero a pesar de todo él decidió ingresar a los Gigantes cuando vió a un desesperado Shimura analizar los resultados de la última temporada.

Yomiuri Giants había salido victorioso de la NPB y se había coronado campeón en la Serie de Japón, obteniendo su título veintiuno. Su tiempo de sequía había concluido cuando Yū Hamada dió aquel batazo con el que logró un Homerun, logrando las tres últimas carreras que los llevó a la victoria, ganando el título de MVP y coronándose como el jugador del año junto algunos trofeos. Yū se había convertido en una inspiración para los jugadores desde aquel año, aunque algunos no lograban comprender el como pudo rechazar la MLB por un equipo fracasado, generando una controversia que aumentó cuando Yomiuri Giants anunció el contrato de renovación con el jugador número 14, teniendo a Yū dos años más en el equipo.