Pequeña Obsesión - Minsung

Capítulo 04

Jisung abrió lentamente los ojos, parpadeando ante la luz suave que filtraba por las cortinas de su habitación. Se sentó en la cama, sintiéndose un poco aturdido pero no comprendiendo del todo por qué. La noche anterior, todo había sido confuso: la fiesta, el hombre enmascarado, las cadenas, el baile forzado en lencería, la mamada que le hizo... Pero ahora, todo parecía haber desaparecido como si fuera un sueño borroso.

Se frotó los ojos, tratando de recordar los detalles, pero cada imagen se desvanecía como niebla al sol. ¿Acaso había sido real? No podía ser, el vecino misterioso con máscara, ¿realmente lo había secuestrado? Jisung negó con la cabeza, riéndose de sí mismo por pensar en algo tan absurdo.

— Debo haber bebido demasiado anoche — se dijo en voz alta, mirando alrededor de su habitación ordenada y tranquila.

Nada parecía fuera de lugar. Se levantó de la cama, sintiéndose aliviado de que todo hubiera sido una ilusión producto de su imaginación alterada por el alcohol.

Sin embargo, mientras se preparaba para el día, un pequeño detalle comenzó a inquietarlo: una leve sensación de dolor en las muñecas, como si algo hubiera presionado contra ellas. Miró hacia abajo y notó marcas rojas en su piel, justo donde las esposas habían estado. El corazón de Jisung dio un vuelco. ¿Podría ser verdad? ¿O había algo más que él no recordaba?

Jisung se miró en el espejo del baño mientras el agua caliente caía sobre su piel, intentando convencerse a sí mismo de que todo había sido solo un sueño extraño y vívido. "Estoy delirando", se dijo en voz alta, tratando de despejar su mente de cualquier pensamiento perturbador.

Después de la ducha, se vistió rápidamente y salió de su casa. Hoy tenía que llevar a Jeongin y Félix a la universidad. Mientras caminaba hacia la salida, se encontró con Minho, su vecino del lado. Minho lo saludó con un gesto amistoso, y Jisung le devolvió el saludo con una sonrisa incómoda.

— Buenos días, Minho — dijo Jisung, intentando sonar lo más natural posible.

— Buenos días, Jisung — respondió Minho con calma, sus ojos ocultos detrás de sus gafas oscuras.

Jisung sintió un escalofrío inexplicable recorrer su espalda. ¿Por qué cada vez que veía a Minho ahora, sentía una extraña sensación de incomodidad? Sacudió la cabeza y siguió caminando hacia la salida.

En la entrada, encontró a Jeongin y Félix esperándolo. Los saludó con entusiasmo, tratando de mantener una actitud positiva.

— ¡Hola chicos! ¿Cómo están? — dijo Jisung.

— ¡Hey, Jisung! — respondió Jeongin —. ¿Cómo te fue en la fiesta anoche?

Jisung titubeó por un momento, decidiendo qué decir.

— Fue... interesante — respondió evasivamente —. Tuve un sueño muy extraño, eso es todo.

Félix levantó una ceja, notando las marcas rojas en las muñecas de Jisung.

— ¿Qué te pasó en las muñecas? — preguntó Félix con curiosidad.

Jisung rápidamente inventó una excusa.

— Oh, probablemente fueron de alguna lencería que usé anoche — dijo, sintiéndose incómodo.

Los chicos rieron entre dientes.

— ¿Jisung, estás escondiéndonos algo? — bromeó Jeongin —. ¿Acaso estabas con algún chico anoche?

Jisung se sonrojó ligeramente y sacudió la cabeza.

— ¡No, no fue nada así! Vamos, chicos, tenemos que irnos si no queremos llegar tarde a clase.

Se despidieron y Jisung los llevó en su coche hasta la universidad. Después de dejarlos, se quedó un momento en el estacionamiento, perdido en sus pensamientos.

Al regresar a casa, se detuvo frente a la casa de Minho, mirándola con una sensación de inquietud creciente.

— ¿Y si no fue un sueño? — se preguntó en voz baja, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.

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