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Jisung decidió despejar su mente yendo a desayunar a K factory, la cafetería de Karina la cual visitaba por primera vez. Se sintió un tanto nervioso por estar en un lugar nuevo, pero también intrigado por cambiar su rutina. Mientras ordenaba su café, vio a Minho acercarse y decidió que era el momento de abordar un tema que lo había estado preocupando desde la noche anterior.
— Buenos días, Minho — saludó Jisung con una sonrisa, intentando ocultar su ligera incomodidad.
— Buenos días, Jisung — respondió Minho con una sonrisa encantadora, tomando asiento frente a él.
Durante el desayuno, comenzaron a hablar sobre películas que les gustaban. Minho mencionó una película clásica que Jisung también había disfrutado mucho, y pronto se encontraron intercambiando recomendaciones y compartiendo anécdotas divertidas sobre sus experiencias cinematográficas. Jisung notó que Minho era mucho más agradable de lo que había esperado inicialmente, aún puede recordar cómo la noche anterior no quiso si quería intercambiar palabras, parecía una persona completamente diferente ahora. Una más agradable.
— No pensé que tendríamos gustos tan similares en películas — admitió Jisung con una sonrisa —. Pensé que eras... bueno, menos accesible...
Minho rió, mostrando una sonrisa encantadora.
— ¿Yo, menos accesible? Soy todo un libro abierto una vez que me conoces — bromeó Minho, jugando con la manga de su café y mostrándole un guiño a Jisung.
Jisung se relajó un poco más, disfrutando de la conversación. A medida que hablaban sobre música y otros intereses compartidos, comenzó a notar detalles en Minho que no había considerado antes: su sentido del humor, su manera despreocupada de hablar, e incluso su apariencia física. Minho era atractivo, eso era innegable.
En un momento, mientras Minho hacía un gesto con la mano, Jisung tuvo un flashback vívido de estar encadenado en la oscuridad, escuchando la voz de Minho. Se tocó la cabeza inconscientemente, sintiendo un mareo repentino.
Minho notó el gesto de Jisung y la expresión preocupada en su rostro.
— ¿Estás bien, Jisung? — preguntó Minho con sinceridad —. Parece que estás un poco distraído.
Jisung se quedó mirando fijamente su taza de café, sintiendo un nudo en la garganta. Encontrándose con la duda si cintarle a Minho acerca de lo que cree que vivió la noche anterior, o simplemente mentirle, diciéndole que todo estaba en orden, pero, decidió confiar en Minho y contarle lo que pensaba que había vivido, sin temor a ser juzgado.
— Anoche fue... extraño. Creo que fui secuestrado — admitió Jisung, mirándolo a los ojos con determinación.
Minho frunció el ceño, sorprendido por lo dicho por el menor.
— ¿Secuestrado? ¿Estás seguro? — preguntó Minho con voz suave, mostrando una preocupación genuina en sus ojos.
