Clawthorne Pines [Male Reader x The Owl House]

Marilyn Clawthorne

Las Vegas es un lugar de fama mundial conocida como "la ciudad del pecado". Ese nombre no le queda grande, pues aquí las noches son muy activas, siendo dominadas por fiestas, casas de prostitución, hogares de apuestas y drogas. Sin duda es una ciudad en la que una persona tranquila y pacífica no se adaptaría fácilmente

Eso nos lleva a una discoteca, en medio de la fiesta que se llevaba a cabo habían dos hermanos gemelos casi idénticos, uno de ellos portaba una camiseta blanca ajustada y jeans negros, este mismo tendría una botella de cerveza a medio tomar en su mano y un cigarrillo en la otra. Por otro lado, su hermano vestía una camisa manga larga a rayas, pantalones marrones y lentes, en lugar de licor este estaría bebiendo refresco

El segundo chico no parecía estar disfrutando de su estadía en el lugar, al contrario de su hermano que podría considerarse el alma de la fiesta

—Stanley, no me gusta este lugar. Vámonos.

—Oh vamos Ford, no está tan malo este lugar.

Respondió el hombre ahora identificado como Stanley

—Sabes perfectamente que no me gusta este tipo de cosas.

Agregó Ford

—Oye, Por qué no vas y hablas con alguna chica y te distraes mientras yo ánimo esta fiesta.

—No lo sé...

Dijo de forma tímida mirando al suelo

Stanley lo abraza con un brazo por detrás del cuello y señala a una chica

—Esa chica me sacó 500 dólares la última vez que la invité, ¿Por qué no vas y dejas que te estafe también?— Le dió un empujón a su hermano en dirección a aquella mujer —Ve por ella.

Al estar más cerca de ella, Ford pudo ver mejor su cabello naranja brillante y ojos color dorado, estaba maravillado por la hermosura de aquella mujer de cuerpo esbelto y piel blanca como marfil, sus orejas eran cubiertas por su cabello estando sentada en una silla plástica, se veía aburrida

Stanford reunió toda la valentía que le faltaba y fue a hablarle

—Hola, eh... Chica.

Se ganó la mirada de la mujer

—Marilyn.

—Marilyn, nunca te había visto por aquí, ¿Eres nueva en la ciudad?

—De hecho, vengo todas las noches aquí.

Ante esa respuesta Stanford se puso nervioso

—¡Ah! Si, yo también.

—¿De verdad? Pues juraría no haberte visto antes.

—Pues... Es que yo...— Empezó a sudar —Yo tampoco.

Parecía que había perdido la oportunidad por su nerviosismo de puberto de 16 años, pero Marilyn soltó una risita por la actitud del hombre

—Eres alguien raro— Ford puso una expresión de ligera tristeza —Pero no de mala manera.

El ánimo de Ford se restableció

—¿En serio?

—Seh... Eres diferente a los demás hombres— Señaló a Stanley —Como ese chico por ejemplo.

—¿Mi hermano?

Marilyn lo miró sorprendida

—¿Son hermanos?— El hombre de gafas asintió —Quien lo diría, él es un hombre salvaje y tú... Un caballero, vaya.— Le dió un ligero golpe al hombro de Stanford causando una pequeña risa en el chico que ya estaba cobrando más confianza