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El sol de mediodía brillaba intensamente sobre los jardines de Jooshin mientras los estudiantes se dirigían al comedor para el almuerzo.

En una de los salones  privados, Min Ji Yeon, Jung Jae-I, Yoon He-ra y Kim Ri-an esperaban a Lee Woo-jin, quien había ido a cambiarse después del incidente en la piscina. La atmósfera en la mesa era tensa, y Ji Yeon trataba de mantener una expresión tranquila mientras Ri-an la miraba con una mezcla de diversión y desaprobación.

—Realmente te has superado esta vez, Ji Yeon —comentó Ri-an con una sonrisa divertida—. Woo-jin estaba enfurecido.

Ji Yeon suspiró, resistiendo la tentación de rodar los ojos. —Quizás sea hora de que aprenda una lección de humildad —respondió, tomando un sorbo de su té.

Jae-I trató de aliviar la tensión con una sonrisa conciliadora. —Vamos, chicos, estamos aquí para disfrutar del almuerzo. No hay necesidad de discutir.

Justo en ese momento, Woo-jin apareció en el comedor, su cabello aún húmedo pero ahora vestido con un uniforme seco. Se dirigió hacia la mesa con una expresión decidida, sin apartar la mirada de Ji Yeon.

—Siento la demora —dijo Woo-jin mientras se sentaba—. Parece que alguien tuvo una idea brillante para refrescarme esta mañana.

He-ra dejó escapar una risita, tratando de disimularla con una tos. —Bueno, al menos te ves fresco, Woo-jin.

Ji Yeon mantuvo su compostura, mirando directamente a Woo-jin. —Tal vez necesitabas un baño para aclarar tus ideas.

Woo-jin sonrió, un destello competitivo en sus ojos. —¿Sabes, Ji Yeon? He estado pensando en nuestra pequeña rivalidad.

Antes de que Ji Yeon pudiera responder, He-ra intervino con una sonrisa traviesa. —¿Por qué no hacemos algo divertido para relajarnos este fin de semana? ¿Qué tal si vamos a la pista de carreras del Grupo Jooshin? Podríamos hacer algunas carreras y pasar el tiempo.

Ri-an arqueó una ceja, interesado. —Eso suena interesante. Hace tiempo que no voy a la pista.

Jae-I asintió, animada por la idea. —¡Sí! Además, podríamos hacer una carrera entre nosotros. Sería divertido.

Woo-jin y Ji Yeon intercambiaron una mirada competitiva, ambos claramente interesados en la propuesta.

—¿Qué dices, Ji Yeon? —preguntó Woo-jin, con una sonrisa desafiante—. Una carrera entre nosotros. El perdedor le concederá un deseo al ganador.

Ji Yeon sonrió, aceptando el reto. —De acuerdo, Woo-jin. Prepárate para concederme un deseo.

Ri-an, divertido, se inclinó hacia He-ra. —Esto va a ser interesante. No me lo perdería por nada.

El resto del almuerzo transcurrió con una mezcla de charlas triviales y comentarios competitivos entre Ji Yeon y Woo-jin. La tensión entre ellos era palpable, pero también había una chispa de emoción que ambos compartían.

En medio de una conversación, el teléfono de Woo-jin sonó. Al ver la pantalla, su expresión se suavizó y una sonrisa se dibujó en su rostro.

—Disculpen, tengo que atender esta llamada —dijo, levantándose de la mesa y saliendo del comedor.

Ji Yeon observó su salida con una mezcla de curiosidad y recelo. Woo-jin no solía mostrar tanta emoción en público, y la llamada claramente era importante para él. Cuando Woo-jin salió del comedor, Ji Yeon no pudo evitar sentir una punzada de intriga.

𝑾𝒂𝒓 𝒐𝒇 𝑯𝒆𝒂𝒓𝒕𝒔. 𝑳𝒆𝒆 𝑾𝒐𝒐𝒋𝒊𝒏 [𝑯𝒊𝒆𝒓𝒂𝒓𝒄𝒉𝒚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora