𝑾𝒂𝒓 𝒐𝒇 𝑯𝒆𝒂𝒓𝒕𝒔. 𝑳𝒆𝒆 𝑾𝒐𝒐𝒋𝒊𝒏 [𝑯𝒊𝒆𝒓𝒂𝒓𝒄𝒉𝒚]

tres

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"No hay que perder bajo ninguna circunstancia."

Esa frase resonaba en la mente de Ji Yeon mientras se ajustaba los guantes y se preparaba para la carrera. Woo-jin, al otro lado, estaba igualmente concentrado, sus ojos fijos en la pista frente a ellos. A su alrededor, sus amigos los observaban con anticipación.

Hyun Joon, el hermano de Ji Yeon, miraba con preocupación.

—Ji Yeon tiene que ganar —murmuró, más para sí mismo que para nadie más—. No puede permitirse perder contra Woo-jin, no después de aceptar esa apuesta.

Hera, siempre directa, cruzó los brazos y observó.

—Ji Yeon es fuerte, pero Woo-jin no es alguien fácil de vencer. Esto será interesante.

Ri An, con su actitud fría y analítica, comentó:

—Woo-jin sabe lo que está en juego. Va a hacer todo lo posible por ganar.

Jae-I, la más reservada del grupo, agregó:

—Ambos son muy competitivos. Esta carrera no solo es sobre quién es el mejor piloto, sino también sobre quién tiene más determinación.

Los motores rugieron al unísono, y en un instante, los autos salieron disparados por la pista. Ji Yeon y Woo-jin luchaban por cada centímetro de ventaja, sus habilidades al volante puestas a prueba. Ji Yeon sentía la adrenalina correr por sus venas, sus manos firmes en el volante mientras tomaba cada curva con precisión milimétrica.

El aire estaba cargado de tensión. Cada adelantamiento, cada maniobra, se sentía como una batalla por el orgullo y el honor. Woo-jin mantenía una expresión concentrada, sus movimientos calculados y eficientes. Ji Yeon, por otro lado, mezclaba su destreza con una pasión inquebrantable, decidida a no dejarse intimidar.

Desde la barrera, Hyun Joon apretaba los puños, sintiendo cada giro y cada aceleración como si estuviera en el auto junto a su hermana.

—Vamos, Ji Yeon, tú puedes.

Hera no podía evitar sonreír ante la intensidad de la competencia.

—No pensé que se tomarían esto tan en serio. Es casi como ver una pelea de titanes.

Ri An, aunque mantenía su compostura, no podía negar la emoción que sentía.

—Esto no es solo una carrera. Es una declaración.

Jae-I observaba, su mirada fija en los autos.

—La cuestión es quién quiere esto más. Y quién está dispuesto a arriesgarlo todo para ganar.

En la recta final, los autos estaban casi a la par. Ji Yeon apretó el acelerador con todo lo que tenía, sintiendo que su corazón estaba a punto de explotar. Pero Woo-jin, con una última maniobra audaz, logró adelantarse justo antes de cruzar la línea de meta.