𝑾𝒂𝒓 𝒐𝒇 𝑯𝒆𝒂𝒓𝒕𝒔. 𝑳𝒆𝒆 𝑾𝒐𝒐𝒋𝒊𝒏 [𝑯𝒊𝒆𝒓𝒂𝒓𝒄𝒉𝒚]

cuatro

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El campo de juego de fútbol americano estaba en pleno bullicio de entrenamiento. Ri An y Woojin, vestidos con sus uniformes de equipo, se movían con agilidad y destreza en el campo. En las gradas, un grupo de élite observaba con interés. Ba Da, Ye Ji, Yoonseok, Jae I, Hera y Ji Yeon estaban sentados, charlando animadamente entre ellos mientras ocasionalmente dirigían sus miradas al entrenamiento.

Kang Ha, con su característico aire de novato, se dirigió al campo. Respiró hondo, reuniendo valor, y avanzó hacia Ri An y Woojin, quienes estaban en una pausa. Extendió la mano en un gesto amigable.

—Hola, soy Kang Ha. —dijo, intentando sonar seguro.

Ri An y Woojin lo ignoraron por completo, sus miradas fijas en cualquier otra cosa menos en él. Kang Ha sintió la frialdad de su recepción, pero antes de que pudiera retirarse, apareció Chan Min, el becario veterano que le había advertido anteriormente.

—Vamos, Kang Ha, no deberías estar aquí —dijo Chan Min, su voz baja pero firme mientras intentaba alejarlo del campo.

Justo en ese momento, Ji Yeon, que estaba observando la escena desde las gradas, se levantó y caminó hacia ellos, con una sonrisa juguetona en sus labios.

—No te preocupes, Kang Ha —dijo Ji Yeon, su tono seductor y ligeramente burlón—. No te va a pasar nada. Ellos no son tan malos como piensan. —Lanzó una mirada a Ri An y Woojin, que apenas le prestaron atención.

Kang Ha se sintió aliviado por su intervención, aunque la sensación de estar fuera de lugar no desapareció del todo. Ji Yeon se volvió hacia Chan Min y le dirigió una sonrisa que era todo menos amigable.

—Deja que se quede un rato, Chan Min. A lo mejor aprende algo —dijo con un tono que indicaba claramente que no aceptaría una negativa.

Chan Min, claramente incómodo, soltó un suspiro y asintió. Sabía que no tenía mucho margen de maniobra.

En las gradas, Ba Da, Ye Ji y Yoonseok observaban con miradas despectivas.

—¿En serio? —murmuró Ba Da, con una mueca de disgusto—. Un becado aquí. Esto es ridículo.

Ye Ji, con su actitud altanera, asintió de acuerdo.

—Ni siquiera deberían estar en el mismo lugar que nosotros —dijo, su tono lleno de desprecio—. Es como si estuviéramos bajando de nivel solo por estar cerca de ellos.

Yoonseok se rió, una risa fría y carente de humor.

—Déjalos. No durarán mucho en Jooshin. —susurró con desdén.

Hera, que observaba toda la interacción con ojos brillantes y curiosos, decidió intervenir.

—Vamos, chicos —dijo con un tono que intentaba parecer conciliador pero estaba lleno de hipocresía—. Tal vez Kang Ha tiene algo interesante que ofrecer. ¿No te parece, Ji Yeon?