ᥫ᭡ꨄ

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—¿Por qué estás así? —dijo a través de la puerta.

Su comportamiento había sido inusual al de los últimos días, pues aquel hombre dulce y tímido ahora volvía a perderse y encerrarse en su propio mundo.

Se alejó de sus nuevos amigos.

—Es su cumpleaños.

Ella comprendía que el americano estuviera deprimido por aquel evento y aún así tuvo la curiosidad de preguntar sus planes.

—¿Y harás algo? —lo pensó unos segundos y aún así continuó preguntando al castaño.

—No.

—Poe, no tienes que obligarte a dejarlo de esa forma, si quieres felicitarlo al menos-

—No lo haré —la interrumpió y al mismo tiempo contesto de forma cortante. No estando dispuesto a cambiar de opinión.

—¿Seguro?

—Si.

—Poe, no suenas como tú mismo.

—¿Sabes?, tengo mucho trabajo con Guild —dijo tratando de cortar la conversación, aún sin ser tan directo del todo.

—Poe.

La chica insistía tratando de buscar la forma de animar a su amigo, sabiendo que la forma más efectiva sería reconciliarlos.

—Él no quiere verme, ¿de acuerdo?

—No creo que él-

—Él no me necesita y no tengo por qué verlo, tampoco necesita que lo felicite, él sabe bien que yo lo haría.

—Pero sabes que fue un malentendido —otra vez trato de razonar con él mayor.

—Si hubiera sido un malentendido él no se hubiera ido y al menos se hubiera despedido —su respuesta sonó más como una queja, con algo de rencor y al mismo tiempo dolor.

Ella paso su mirada por algunas de las maletas que estaban fuera de la habitación y volvió a dirigirle la palabra tras la puerta.

—Pero ahora el volvió y ahora tú te vas.

Después él se quedó callado, no estaba dispuesto a contestar y se dedicó a escombrar algunas cosas de la oficina de su propio hogar.

Sabía que ella seguía ahí. Aún a través de la puerta.

—Lucy —guardo silencio, ella no dijo nada pero se mantenía atenta a las palabras del hombre—, iré a verlo.

Después de eso el abrió la puerta y finalmente ellos se vieron, ella se detuvo a examinar su rostro que lucia más cansado y pálido de lo normal, lo cual ella comprendió pero aún así, se preocupo.

Estaba segura de que Poe y Ranpo estaban hechos del uno para el otro.
Se necesitaban y al mismo tiempo se negaban.

—¿Cuanto has pasado sin dormir? —ella trato de que la pregunta no sonara tan insistente ni con malas intenciones.

—No lo sé.

Él no tardó, pues ya estaba listo para irse en ese mismo instante, tan sólo había cambiado de ropa y de abrigo, después casi apresuradamente y al mismo tiempo con duda saco una hoja doblada del escritorio.

Era todo lo que usaría.

—El jefe de la agencia de detectives decidió que debía celebrarse a lo grande, la fiesta será en un parque de juegos fuerte de Yokohama —comenzó a seguirlo para salir de aquella mansión, una enorme y solitaria mansión en la que no planeaba quedarse más.

𝗚𝗶𝗳𝘁║ʀᴀɴᴘᴏᴇ // ᥫ᭡ꨄDonde viven las historias. Descúbrelo ahora