El Encuentro Fatídico
La lluvia caía incesante sobre la ciudad de Musutafu, creando charcos en las calles y llenando el aire con un sonido constante y relajante. Izuku Midoriya, un joven de catorce años con sueños de convertirse en un gran héroe, caminaba con la cabeza gacha, su uniforme escolar empapado y su libreta de notas cuidadosamente protegida bajo su chaqueta.
Izuku había pasado su vida soñando con ser un héroe como All Might, el símbolo de la paz. Sin embargo, ese sueño se había vuelto casi imposible al descubrir que era uno de los pocos nacidos sin un Quirk. Las burlas de sus compañeros, especialmente las de Katsuki Bakugo, lo habían dejado emocionalmente agotado. Esa tarde, había recibido la confirmación de su incapacidad una vez más, y el peso de la desesperación lo abrumaba.
Perdido en sus pensamientos, Izuku no se dio cuenta de que se estaba adentrando en una parte oscura y solitaria de la ciudad. De repente, un ruido sordo y un destello de movimiento captaron su atención. Se detuvo, tratando de identificar de dónde provenía el sonido. Su curiosidad, siempre su perdición y su mayor virtud, lo impulsó a investigar.
Al doblar una esquina, vio una figura alta y encapuchada moviéndose rápidamente entre las sombras de un callejón oscuro. El corazón de Izuku comenzó a latir con fuerza. ¿Era un villano? ¿O tal vez alguien que necesitaba ayuda? Sin pensarlo dos veces, decidió seguir a la figura, tratando de no hacer ruido.
El callejón estaba mal iluminado, y la silueta encapuchada se movía con una agilidad que parecía casi sobrenatural. De repente, la figura se detuvo y se volvió, revelando un rostro parcialmente cubierto por una máscara que dejaba al descubierto una sonrisa siniestra.
—¿Qué tenemos aquí? —dijo una voz profunda y resonante—. Un joven curioso que se ha perdido en el lugar equivocado.
Izuku retrocedió un paso, el miedo apoderándose de él. Reconoció al instante la figura frente a él: All For One, el villano más temido de todos los tiempos. La mente de Izuku se llenó de preguntas y pánico. ¿Por qué estaba allí? ¿Qué quería?
—Veo un fuego en tus ojos, joven —continuó All For One, acercándose lentamente—. Un deseo de poder y justicia. Algo que me recuerda a mí mismo en mis primeros años. Permíteme ayudarte a cumplir ese deseo.
Antes de que Izuku pudiera reaccionar, All For One extendió su mano, y una fuerza invisible lo atrapó, levantándolo del suelo. El dolor fue instantáneo e insoportable. Sintió como si su cuerpo estuviera siendo desgarrado desde el interior. Quiso gritar, pero ningún sonido salió de su boca.
—Recibe mi regalo, joven Midoriya —dijo All For One con una sonrisa siniestra—. Y recuerda, con gran poder viene una gran responsabilidad... y una gran carga.
Cuando el dolor finalmente cesó, Izuku cayó al suelo, exhausto y temblando. La figura de All For One se desvaneció en la oscuridad, dejándolo solo en el callejón. Con dificultad, Izuku se levantó, sintiendo una energía desconocida corriendo por sus venas. No comprendía del todo lo que había sucedido, pero sabía que su vida había cambiado para siempre.
Esa noche, Izuku regresó a casa temblando, su mente inundada de pensamientos contradictorios. Se tumbó en su cama, sin poder dormir, sintiendo el peso de su nuevo poder y la oscura promesa de All For One.