Deku llegó al lugar indicado por Shigaraki: un edificio abandonado en las afueras de Musutafu, oculto en un bosque espeso y envuelto en sombras. El crujido de las hojas bajo sus pies era el único sonido que rompía la quietud de la noche. Su corazón latía con fuerza mientras avanzaba con cautela, atento a cualquier movimiento o sonido sospechoso. Se preguntaba qué motivos tenía Shigaraki para convocar una reunión tan urgente y en un lugar tan apartado.
Al entrar al edificio, Deku sintió un escalofrío recorrer su espalda. La oscuridad interior era casi total, apenas mitigada por algunos rayos de luz que se colaban a través de las grietas en las paredes y el techo. Caminó por el pasillo principal, siguiendo la tenue luz de una linterna en la distancia. Finalmente, llegó a una gran sala donde Shigaraki, Dabi, Toga, Twice y otros miembros de la Liga de Villanos ya lo esperaban.
Shigaraki: "Me alegra que hayas venido, Deku." Su voz era suave pero cargada de una amenaza subyacente. "Tenemos mucho de qué hablar."
Deku: "¿Qué sucede? ¿Por qué la urgencia?" preguntó, tratando de mantener su voz firme.
Shigaraki sonrió, una sonrisa que no llegó a sus ojos. "Hemos recibido información de que los héroes están planeando una gran operación en nuestra contra. No sabemos los detalles exactos, pero parece que están concentrando sus fuerzas en Musutafu. Necesitamos actuar antes de que ellos lo hagan."
Deku asintió, procesando la información. "¿Y cuál es el plan?"
Antes de que Shigaraki pudiera responder, Dabi interrumpió. "El plan es simple: vamos a golpearlos donde más les duele. Ataques simultáneos en múltiples ubicaciones clave. Mientras están distraídos protegiendo sus activos, nosotros atacaremos su base de operaciones."
Toga saltó de emoción. "¡Sí, sí! Vamos a causar caos por todos lados, ¡será tan divertido!"
Twice, aún algo desconfiado, se acercó a Deku. "¿Y qué te hace pensar que puedes liderar esto, novato? Aún no hemos visto todo lo que tienes para ofrecer."
Deku miró a Twice con firmeza. "No estoy aquí para liderar, estoy aquí para luchar. Y les demostraré que puedo ser tan letal como cualquiera de ustedes."
Shigaraki levantó una mano, cortando cualquier otra conversación. "Deku ha demostrado su valía una y otra vez. Y si los héroes creen que pueden contra nosotros, están gravemente equivocados." Se giró hacia Deku. "¿Estás listo para esta misión? Si fallamos, muchos de nosotros no saldremos con vida."
Deku respiró hondo, sintiendo la gravedad del momento. Su mente se llenó de imágenes de su pasado, de sus amigos, de All Might... pero rápidamente las apartó. "Estoy listo. Vamos a mostrarles lo que realmente significa temer."
Mientras tanto, Bakugo avanzaba por la ciudad, su mente fija en su misión. Había rastreado las actividades de la Liga de Villanos durante semanas, esperando una oportunidad para encontrar a Deku. Finalmente, había encontrado una pista que lo había llevado a las afueras de Musutafu.
Llegó al borde del bosque que rodeaba el escondite de los villanos y se detuvo, observando cuidadosamente. Su instinto le decía que estaba en el lugar correcto. Bakugo cerró los ojos y respiró hondo, permitiendo que la furia y la determinación llenaran cada fibra de su ser. Esta vez, no iba a fallar. No permitiría que Deku se hundiera más en la oscuridad sin luchar para traerlo de vuelta.
Con una explosión de energía, Bakugo se lanzó hacia adelante, dispuesto a enfrentarse a los villanos y a su antiguo amigo. Sabía que el camino por delante sería difícil y peligroso, pero estaba decidido a enfrentarlo, sin importar el costo.
La batalla decisiva entre héroe y villano estaba a punto de comenzar, y el destino de Izuku Midoriya, así como el de toda Musutafu, pendía de un hilo.