En los pasillos del cuartel, el silencio era casi palpable mientras Asura caminaba al lado de la científica en jefe y líder de operaciones, Konomi Okonogi. Asura, con su imponente figura y cicatrices que contaban historias de innumerables batallas, caminaba con una calma inquietante. Konomi, a su lado, se mantenía en silencio, consciente de la presencia abrumadora del hombre a su lado. Su postura rígida y sus miradas ocasionales hacia él delataban su incomodidad, como si estuviera caminando junto a un depredador que podría atacarla en cualquier momento.
El pasillo estaba iluminado con una luz fría y clínica, el zumbido de los fluorescentes acompañando sus pasos. La atmósfera era tensa, y el eco de sus pisadas resonaba en las paredes blancas y estériles. Asura seguía caminando, imperturbable, su mirada fija al frente, mientras Konomi se esforzaba por mantener la compostura. A pesar de su experiencia y posición, la presencia de Asura la hacía sentirse pequeña, como una hormiga frente a un elefante.
Finalmente, llegaron a una gran puerta metálica que se deslizó con un suave zumbido al abrirse, revelando el laboratorio de Konomi. El contraste entre el pasillo y el interior del laboratorio era evidente. Equipos de alta tecnología, monitores, y mesas llenas de instrumentos científicos llenaban la habitación. El aire estaba cargado con una mezcla de desinfectante y el tenue olor a ozono de los aparatos electrónicos.
Konomi: manteniendo su tono profesional, rompió el silencio Por favor, acompáñame al interior del laboratorio
Asura asintió y la siguió sin decir una palabra. Konomi lo guio hacia una camilla situada en el centro de la habitación, rodeada de monitores y equipos de diagnóstico. El ambiente estaba ligeramente más cálido, con la luz suave de las pantallas creando un resplandor casi acogedor en comparación con el pasillo.
Konomi: Necesito que te acuestes en la camilla dijo, su voz traicionando una leve vacilación. Asura obedeció sin protestar, acomodándose en la camilla mientras Konomi comenzaba a preparar los cables y sensores.
En ese momento, varios científicos del equipo de Konomi se acercaron para asistirla. Con manos expertas pero temblorosas, comenzaron a conectar los cables al cuerpo de Asura, colocando sensores en su pecho, brazos y cabeza. Cada contacto parecía resonar con la energía latente en los músculos de Asura, como si el simple acto de tocarlo pudiera desencadenar una tormenta.
El laboratorio zumbaba con la actividad de los equipos, los monitores cobraban vida con gráficos y datos que registraban la condición física de Asura. Konomi observaba los resultados con atención, su nerviosismo incrementando al ver las lecturas fuera de lo común.
Mientras los sensores transmitían la información, Konomi no podía evitar sentir una mezcla de fascinación y temor. Frente a ella no solo había un hombre, sino una fuerza de la naturaleza, un guerrero cuyo cuerpo contaba una historia de supervivencia y batalla. El silencio entre ellos era denso, pero lleno de una comunicación no verbal que hablaba de respeto y cautela.
Konomi: Haremos lo mas rápido posible mientras tanto tu solo relájate , casi en un susurro. Solo necesito obtener algunos datos y luego podrás irte
Asura cerró los ojos, dejando que Konomi y su equipo hicieran su trabajo. Los científicos se movían con cuidado, conscientes de cada movimiento, cada sonido, cada respiración en el laboratorio. Afuera, el mundo seguía su curso, pero en esa sala, el tiempo parecía haberse detenido, encapsulando a dos personas de mundos completamente diferentes en una danza de ciencia y fuerza.
En el laboratorio, el aire estaba cargado de anticipación y curiosidad mientras el equipo de científicos se preparaba para realizar un diagnóstico médico completo a Asura. El silencio era roto únicamente por el zumbido de las máquinas y el suave murmullo de los científicos comunicándose en voz baja.
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Kaiju N.8: Rey de los Monstruos
FanfictionEn un mundo desolado por la constante amenaza de los kaijus, Asura emerge como un superviviente marcado por la tragedia. Perdió todo lo que amaba en un brutal ataque de estas monstruosidades, dejando su corazón lleno de ira implacable. Entrenando in...