p r ó l o g o

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Los finos dedos de Tsumugi recorrían con delicadeza los tomos de manga que se encontraban alineados en los estantes

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Los finos dedos de Tsumugi recorrían con delicadeza los tomos de manga que se encontraban alineados en los estantes. Había acudido a la librería con la intención de adquirir unos cuadernos y algunos libros que necesitaría para su último año de secundaria, pero había terminado cediendo "accidentalmente" a la tentación de examinar los nuevos volúmenes de su manga favorito, recién llegados a aquel establecimiento del pueblecito donde vivía.

Tsumugi residía en una casa cercana a la ciudad de Miyazu, en Kioto. Al no encontrarse en el centro urbano, la localidad no contaba con demasiados atractivos turísticos, aunque había que reconocer que los pocos que poseía eran de excelente calidad y generaban una importante afluencia de visitantes.

—Shirai-san —la voz del novio de la amiga de Tsumugi resonó en sus oídos, captando su atención y haciendo que se volteara para encararlo—. ¿Has visto a Rin?

Tsumugi giró la cabeza, buscando con la mirada a su amiga, Rin Yamamoto, pero no la encontró a la vista.

—Quizás esté en el baño o pidiendo algo en la cafetería de la librería —respondió con sencillez, conocedora de la tendencia despistada y golosa de su amiga.

El chico, Sora Ryuguji, asintió lentamente mientras arrastraba del pequeño carrito donde se encontraban los cuadernos de su novia, su amiga y él mismo. Caminó hacia la cafetería interior del local, hallando a Rin casi de inmediato, de pie junto a la caja registradora, examinando el menú.

Sora hizo una seña a Tsumugi para indicarle dónde se encontraba Rin, lo que propició que la de gafas asintiera y retomara su búsqueda de algún manga interesante. Estaba cansada de releer una y otra vez los que ya conocía, si bien la única diferencia radicaba en el formato físico. Su mente, un tanto cerrada, le impedía explorar opciones novedosas, prefiriendo dedicarse a acrecentar su colección de los títulos ya leídos. Por ello, se estaba esforzando en hallar un nuevo exemplar del que no tuviera ni la más remota noción.

"El Legado de los Héroes"

—¿El Legado de los Héroes? —susurró Tsumugi, contemplando la portada, en la que aparecían retratados cinco hombres (que parecían más estadounidenses que japoneses) que empuñaban cinco armas diferentes: una espada, un arco, una lanza, una daga y un escudo.

«El escudo no sirve como arma ofensiva, sería más bien un elemento de defensa», reflexionó mientras examinaba a cada individuo representado.

«¿Y para qué se supone que sirve la daga? Es simplemente un cuchillo, ¿acaso se lo clavarán como si fueran vampiros? Parece un arma inútil y de muy corto alcance», se burló mentalmente de la daga. No leería la sinopsis, compraría directamente el primer tomo y dejaría que la historia le sorprendiera.

[• • •]

Ignoraba cómo había sucedido, pero regresó a su hogar agotada, apenas teniendo fuerzas para ordenar su mochila y ponerse el pijama.

Ahora se encontraba caminando rumbo a su escuela, ataviada con el típico uniforme japonés: blusa blanca de manga corta, falda azul marino a medio muslo, medias blancas hasta la rodilla y zapatos mocasín negros. Aquel día no hacía tanto frío, por lo que prescindía de la chaqueta.

Su teléfono móvil comenzó a vibrar, así que lo sacó y revisó la notificación que había recibido.

Google.
¡Se ha estrenado el primer tomo del manga "El Legado de los Héroes"! Sé la primera persona en leerlo y danos tu honesta opinión.

Tsumugi frunció el ceño, pues nunca antes le habían llegado avisos de Google, ya que había desactivado las notificaciones de dicha aplicación.

«Será una señal del destino para que lo lea.»

Una vez en el aula, se dirigió al baño. Los profesores eran particularmente estrictos en cuanto a los objetos permitidos, así que se encerró en un cubículo y extrajo de su mochila el manga.

Jamás se había sentido tan cautivada o incentivada a leer un cómic, ni siquiera los más aclamados. Había algo en aquel título que la atraía poderosamente.

Abrió la primera página, topándose únicamente con los créditos. Aburrido.

Finalmente llegó al prólogo, con la esperanza de poder contextualizarse.

"Existieron cinco héroes que acudieron a salvar a los países del mundo de unas olas tempestuosas. Cada nación debía llevar a cabo un ritual para invocar a uno de ellos desde un universo alterno, pero debido a la arrogancia de un rey, los cinco terminaron congregándose en una sola región, desatando el caos entre los héroes."

«Qué prólogo más insulso y vacío, con una redacción básica» Pensó

Frunciendo el ceño con frustración, Shirai cerró con fuerza el manga, decidida a esperar llegar a casa para ver si lograba mantener el interés, si al menos le generaba un ápice más de intriga. Sin embargo, por mucha fuerza que aplicara, el libro permanecía abierto.

La chica de gafas frunció el ceño, dispuesta a abrir la puerta del cubículo, pero no pudo hacerlo, pues una cegadora luz se lo impidió, haciéndola tropezar y caer. Lo más extraño fue que, al levantarse y aclarar su visión, se encontró en un castillo, sobre una gran alfombra roja, con cuatro jóvenes a su lado y, frente a ella, lo que parecía ser un rey.

—¡Los hemos invocado! —exclamó a un costado lo que parecía un caballero de la época medieval.

—¡Los hemos invocado! —exclamó a un costado lo que parecía un caballero de la época medieval

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He aquí el prólogo, espero esté bien escrito, y espero les guste. 😁

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⏰ Última actualización: Jun 30 ⏰

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DE HONOR | ren amaki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora