𝐶apitulo 13

221 15 30
                                    

Gustavo sintió un nudo en la garganta mientras seguía leyendo. Las lágrimas comenzaron a empañar sus ojos cuando llegó al final de la carta.

—Espero que puedas perdonarme por todo lo que he hecho. Quiero que sepas que te amo con todo mi corazón. —dijo Charly.

El corazón de Gustavo latía con fuerza. Las emociones se agolparon en su pecho mientras miraba a Charly, tan vulnerable y frágil en la cama. Con un suspiro tembloroso, dejó la carta a un lado y tomó la mano de Charly entre las suyas.

—Charly... —murmuró con voz rota. —No tenes que pedir perdón.

Sin poder contenerse más, Gustavo se inclinó y presionó sus labios suavemente contra los de Charly. Fue un beso cargado de años de afecto reprimido, de amor no expresado y de la alegría inmensa de haber encontrado el coraje para revelar sus sentimientos.

Los monitores sonaron suavemente en la habitación mientras el beso perduraba, sellando un momento de conexión profunda entre dos almas que habían encontrado consuelo y esperanza en medio de la oscuridad.

Se separaron del beso para verse, se fueron leve y se separaron rápido cuando un médico abrió la puerta. Solo reviso a Charly rápido y le aviso que más tarde vendría un psicólogo.

—¿Cuánto tiempo me quedaré? —pregunto antes de que se vaya.

—Al rededor de una semana ya estarás bien. —le sonrió el medico y se fue.

—Charly. —este lo miro. —¿Por qué lo hiciste?

Alberti se quedó unos segundos en silencio y miro para abajo.

—No lo sé, supongo que otro ataque psicótico por cocaína. —siguió sin mirarlo.

—¿Consumiste demasiado? —asistió con la cabeza.

—Estaba en un momento del orto y consumí más y más de a poco. —mordió sus uñas.

—Bueno, no sé cómo ayudarte porque yo todavía sigo consumiendo. —se rasco la cabeza. —Pero igual quiero ayudarte. No quiero que cada vez que te drogas termines internado, imagínate si un día tu cuerpo no resiste más.

Se quedaron en silencio nuevamente. Charly se puso rojo por la vergüenza que tenía. Gustavo le agarro la mano del brazo donde tenía las vendas y la acaricio.

—No quiero que sufras o te pase algo malo ahora, vos me importas.

—¿Si?

—Obvio boludo. —rió leve. —Quiero ayudarte y quiero que me ayudes, quiero que tengamos un vínculo más especial del que tenemos, que aprendamos más del uno del otro, a prendiendo errores y reforzarlo. Quiero intentarlo con vos. —ambos tenían los ojos a punto de llorar, Gustavo lo miro a Alberti. —Porque te amo Charly.

Termino de decir eso y lo tomo de la cara para besarlo. Una lágrima cayó apenas sus labios se tocaron. Entre los ruidos de los besos, había un amor incontrolable en el aire. Cuando se separaron, se miraron por unos segundos y rieron nerviosos.

—Yo también quiero intentarlo, Gus. —Cerati sonrió emocionado. —Pero cuando salga de acá. —acarició sus rulos.

—Ufa. —el menor rió bajo. —Bueno está bien. —se acercó otra vez para dar otro beso suave. —Esperare una semana.

Entre esos días, Gustavo visitaba a ambos; Ceci y Char. Ya que este prefirió quedarse en el hospital hasta que a ambos le dieran el alta. Entonces estaba horas con ambos dándole compañía y afecto. Gustavo no paraba de lamentarse internamente sobre el daño que le hizo a ellos, se sentía tan sucio y culpable que había veces que vomita del asco que se daba. Pero aún así, intentaba mostrar su mejor versión para ambos.

𖧧࣪ . ִֶָ๋   𝑵uestra 𝑭e  ₊˚⊹ | 𝘊erati & 𝘈lbertiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora