Notas de inicio:
Créanme cuando les digo, no están listas para este capítulo~
Segundo aviso (?)
Plegaria
Estaba llorando a gritos desesperados cuando Seokjin lo sacó de la habitación donde yacía el Nephilim, Jungkook jamás recordaba haber llorado así o haber sentido tanto dolor en el pecho.
Ni siquiera meses antes, cuando supo que iba a morir en aquel campo de lirios de fuego, se había sentido así de desesperado y desamparado.
Pero Taehyung se había vuelto importante en su vida desde el primer día y verlo sufrir era demasiado para un ángel como él, acostumbrado a la luz, al amor y la gratitud.
Seokjin lo abrazó fuerte, en parte para detener su lucha y en parte para contenerlo, Jungkook no recordaba haber sentido aquello tampoco, cuando Seokjin fue su mentor en el cielo jamás lo había abrazado, contadas veces, le había palmeado el hombro o la espalda en señal de orgullo, gratitud o simple fraternidad. Pero ese abrazó lo calmó lo suficiente como para enfocarse en algo más que el dolor.
—Tengo que estar con él... Por favor— Suplicó de nuevo con la voz temblorosa y débil, Taehyung podría estar muriendo en aquella habitación y Jungkook no estaría con él, para él.
—No quiero que te arriesgues... Está enloquecido, podría lastimarte y el cielo no se lo perdonaría... No de nuevo— Jungkook reaccionó a aquellas palabras, se distanció del mayor, saliendo de aquel abrazó cálido que lo había envuelto.
—No me haría daño, nunca lo haría— Defendió Jungkook con un atisbo de duda, lo cierto es que Taehyung había sido un demonio completo cuando intentó alcanzarlo, Jungkook lo sintió, aquella oscuridad absorbente y fatal emanando de cada fibra del Nephilim.
—Él es un demonio, Jungkook— La voz firme de Seokjin le puso otro peso en el corazón. Lo sabía, siempre lo había sabido, pero que se lo dijeran después de verlo era casi demasiado.
—También es un ángel... Tu— Su voz murió cuando vio el aspecto de Seokjin, su cabello antes rubio se estaba tiñendo de violeta, unos cuernos pequeños y curvos se asombran de aquel color que parecía sangrar desde la raíz a las puntas de cada hebra. Seokjin se estaba transformando, su saliva se sintió espesa en la lengua cuando siguió diciendo. —Tú lo guiaste todo este tiempo... Me lo dijo, fuiste el mejor mentor de todos en el cielo— Seokjin le dio una sonrisa un tanto amarga.
—Lo fui, y mírame ahora... No dejaré que te pase lo mismo por mi culpa, no puedo permitirlo, Taehyung es importante para mí, pero también lo eres tú...— Jungkook recordó por un instante como era aquello, Seokjin esperándolo en las mañanas con una sonrisa relajada, enseñándole pacientemente a volar, a pelear y a rezar.
Jungkook volvió a llorar, se derrumbó en sus rodillas y bajo la cabeza como solía hacer cada vez que rezaba en los santuarios.
—No puedo dejarlo solo— Murmuró con dolor, Seokjin siempre había visto por su bienestar en el cielo, y ahora lo estaba haciendo también en el infierno.
Hubo un tiempo, después de la caída del mayor que Jungkook no pudo perdonarlo, no sinceramente, siempre tenía preguntas sin respuesta, dudas y resentimiento por la caída. Si era honesto, incluso había dudado de su Rey, del castigo que se le había dado al pecado de Seokjin.
Después, se convenció a sí mismo que las culpas de Jin no eran las suyas, que él no repetiría los mismos errores de su mentor. Pero ahí, postrado en un palacio infernal, a escasos metros de aquella puerta, sabía, lo sabía. Él haría cualquier cosa por salvar al Nephilim de aquel dolor, se sacrificaría a sí mismo por salvar a Taehyung. Se arriesgaría a ser tocado por aquella oscuridad.
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° | Nephilim | ° | TaeKook | °
Fanfic~*~ La belleza de un ángel y el poder de demonio. Al primer aliento de vida que Taehyung aspiró, el destino de dos ángeles fue sellado en fuego celestial. Seokjin cayó por su pecado. Jungkook recibió la misión de borrar dicho pecado. ~*~ ⚫OS Sencill...