Capítulo 10

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Wei Ying se había planteado muchas cosas muchísimo antes de comenzar con su plan.

No tenía idea de lo que sucedía, muchísimo menos lo que cruzaba la mente de Lan Zhan así que se arriesgó lo más que pudo y se tropezó cuando iba a recoger a A-Yuan, cayendo sobre su regazo sin disimulo alguno.

—Lo siento... — tomó a Lan Zhan por el brazo para según el intentar ponerse de pie, y sintió mucho disgusto viniendo de sus pensamientos.

Sabía que no debería de ser tan arrogante, se tomaba más atribuciones de las que debería, sus pensamientos estaban equivocados, no le agradaba del todo a Lan Zhan.

Así que este era el momento de dejarlo ir, después de todo ¿Quién lo quería con un cachorro?

Estaba tan metido en sus pensamientos que no notó lo incomodo que estaba A-Yuan, tal y como lo había pensado el pequeño no entendía porque su padre era tan torpe.

Aun así, decidió de una vez por todas que su prioridad tenía que ser el pequeño. Nada más. Y se iría de allí.

—Lo siento... — repitió, para volver a lo que estaba. En su objetivo por tocarlo siempre pensó que serían pensamientos como que no le gustaba el desorden que hacia su hijo, jamás cruzó por su mente que le disgustara completamente su presencia.

Lan Zhan se mostró como siempre porque no tenía ni idea de las habilidades de los Wen así que no sabía que estaba sucediendo.

—Hoy vendré tarde... — le dijo y Wei Ying asintió.

Siempre solía revolverle la cabeza al bebe y esta vez no fue la excepción, simplemente lo hizo y se marchó.

Ese mismo día tomó todas sus cosas y dejaría de una vez por todas estar bajo la sombra de Lan Zhan. Compró una cosa bastante alejada tanto de la casa de Lan Zhan como de los Jiang.

No esperó que Lan Zhan llegara tarde y que al no encontrarlos entraría inmediatamente en pánico. Wei Ying sabía que había sido compulsivo y un verdadero egoísta, pero la realidad es que estaba confundido.

Pensaba que a Lan Zhan le agradaba su presencia, pero cuando supo que lo consideraba molesto simplemente se fue para no voltear a ver atrás sabiendo que si lo hacía jamás se iría, aunque Lan Zhan fuera tan educado como para no despacharlo jamás.

Era lo mejor para ambos. Pero también se merecía una buena explicación por irse sin avisarle.

—Hola Lan Zhan... — fue una llamada telefónica a media noche porque no podía dormir y Lan Zhan menos cuando no lo encontró.

—¿Dónde estás? — ¿Cómo le explicas esa telaraña de pensamientos desordenados? Podría decirle la verdad y que lo considerara más loco de lo que ya está.

Pero solo quería tranquilidad. Tranquilidad que no ha tenido desde que Wen Chao lo empujó por el puente. Quizás era eso. Estrés post traumático o simplemente su subconsciente de ya no poder confiar ciegamente en las personas.

—Gracias por todo Lan Zhan... pero ya no estaré molestándote... — colgó de inmediato, porque de nuevo si escuchaba sus razones, aunque fueran una mentira sabía que correría detrás de él. A sus brazos como doncella enamorada que pensaba que Jiang Cheng le había quitado las posibilidades de enamorarse.

O quizás se sentía tan solo que se interesaba en la primer persona que ha sido amable con el que no es de su familia. Lo había intentado sea de una manera u otra. Pero había fallado. Y ya estaba cansado de tantas decepciones. Sabía que su corazón no aguantaría una más.

Así que se mantendría al margen.

Pero todo empeoraba.

—¿Y papá Lan? — Wei Ying sabía que su hijo. LAN yuan, era muchísimo más apegado a Lan Zhan que a él, incluso le dio su apellido, y también habérselo quitado a ambos de manera abrupta no lo hacia el mejor padre. Pero Lan Yuan era pequeño por lo que se olvidaría de Lan Zhan tarde o temprano.

No cambio mi pasado, si te tengo en mi futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora