La rutina en el campus había vuelto a la normalidad después del exitoso proyecto que Paul y Álvaro habían presentado juntos. Sin embargo, la relación entre ellos había evolucionado significativamente. Se encontraban más a menudo, compartiendo risas y confidencias que hacían que cada día fuera especial. Pero no todo el mundo en el curso había aceptado esa cercanía sin comentarios maliciosos.
Un día, durante la clase de historia, Paul estaba tomando notas como de costumbre, concentrado en la lección. Álvaro, sentado un par de filas detrás, miraba a Paul de vez en cuando, disfrutando de la tranquilidad de esos momentos en clase.
De repente, un grupo de chicos en la parte trasera comenzó a murmurar y reírse. Al principio, los murmullos eran apenas audibles, pero rápidamente se hicieron más fuertes y evidentes.
-¿Viste al raro de Paul? Parece que se tiñe el pelo para llamar la atención, ¿no? -dijo uno de los chicos con una sonrisa maliciosa.
-Sí, seguro que lo hace porque no puede conseguir amigos de otra manera -agregó otro.
Las risas crecieron, y uno de los chicos soltó un insulto homófobo, lo suficientemente alto como para que Paul lo escuchara. Paul sintió que su rostro se sonrojaba de vergüenza y rabia. Se encogió en su asiento, tratando de concentrarse en sus notas y bloquear los comentarios maliciosos.
Álvaro, que había estado observando, sintió una oleada de indignación. Sin pensarlo dos veces, se levantó de su asiento y se dirigió hacia el grupo de chicos, sus pasos firmes y decididos.
-¡Ey! -gritó Álvaro, captando la atención de toda la clase-. ¿Qué demonios os pasa?
El profesor Sánchez, que estaba escribiendo en la pizarra, se giró sorprendido por el altercado.
-Álvaro, ¿qué está ocurriendo? -preguntó el profesor, intentando mantener la calma.
-Estos imbéciles están insultando a Paul sin razón alguna -respondió Álvaro, su voz llena de ira contenida.
Uno de los chicos intentó defenderse.
-Solo estábamos bromeando. No es para tanto.
Álvaro se acercó más, mirando fijamente al chico que había hablado.
-No hay nada de gracioso en insultar a alguien, especialmente con comentarios homófobos. ¿Entendido?
La clase quedó en silencio, todos observando la confrontación. El profesor Sánchez intervino rápidamente.
-Esto es inaceptable. No toleraré este tipo de comportamiento en mi clase. Todos vosotros, a la oficina del director, ahora mismo.
Los chicos, avergonzados y asustados, se levantaron y salieron del aula sin decir una palabra más. Álvaro volvió a su asiento, su respiración todavía agitada por la rabia.
Paul, que había estado observando todo desde su asiento, se sintió abrumado por una mezcla de emociones. Cuando la clase terminó, esperó a que todos se fueran antes de acercarse a Álvaro.
-Álvaro... gracias por defenderme -dijo Paul, su voz apenas un susurro.
Álvaro sonrió, colocando una mano en el hombro de Paul.
-No tienes que agradecerme, Pablo. Nadie tiene derecho a tratarte así. Y si alguien lo intenta, me tendrá que enfrentar a mí.
Paul sintió una calidez en su pecho, un sentimiento de gratitud y algo más profundo que no podía describir con palabras.
-Eres increíble, Álvaro. En serio.
Álvaro lo miró con afecto, sus ojos brillando con una intensidad que Paul no había visto antes.
-Solo hago lo que es correcto, Pablo. Y estar a tu lado es lo más correcto que he hecho.
Mientras salían del aula juntos, Paul supo que no estaba solo. Álvaro estaba allí para apoyarlo, y eso hacía que todo el dolor y la vergüenza de los insultos se desvanecieran, reemplazados por la fortaleza y el amor que compartían.
Cuando llegaron al pasillo, lejos de las miradas curiosas de los demás, Álvaro se detuvo y miró a Paul directamente a los ojos.
-Paul, quiero que sepas algo -dijo, su voz más suave pero firme.
Paul asintió, su corazón latiendo con fuerza.
-¿Qué es, Álvaro?
Álvaro dio un paso más cerca, su mirada intensa y sincera.
-Eres especial para mí. No solo porque te defendí hoy, sino porque he llegado a conocerte de verdad. Y lo que siento por ti es real.
Antes de que Paul pudiera responder, Álvaro se inclinó y le plantó un beso suave pero lleno de significado. Paul, sorprendido al principio, correspondió, cerrando los ojos y dejándose llevar por el momento. El mundo a su alrededor se desvaneció, y todo lo que importaba era la conexión que sentía con Álvaro.
Cuando se separaron, ambos respiraban con dificultad, pero sonreían.
-Vaya -dijo Paul, aún tratando de procesar lo que acababa de suceder-. No esperaba eso.
Álvaro sonrió ampliamente.
-Ni yo, pero sentí que era el momento adecuado.
Paul asintió, tomando la mano de Álvaro con una confianza renovada.
-Sí, fue perfecto.
Mientras caminaban juntos por el pasillo, de la mano, ambos supieron que, a pesar de los desafíos y los prejuicios que pudieran enfrentar, tenían algo único y valioso. Y eso, pensaron, era lo más importante de todo.
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El Trabajo De Final De Curso - One Shot Polvoron
FanfictionEn una aula llena de murmullos, el profesor Sánchez asigna el proyecto final del curso. Paul, un joven introvertido de cabello rojo, se siente nervioso por trabajar con Álvaro, un chico alto y despreocupado. La asociación no comienza bien, con Álvar...