𓏲 💗 ࣪˖ capítulo O5 ⊹

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Cada cierto tiempo, más específicamente cada mes, los alfas pasaban veinticuatro horas de celo una vez que se presentaban.

Eso no era la excepción para las trillizas Kim, quienes contaban con un intervalo de un día donde inmediatamente terminaba el celo de una, comenzaba el siguiente.

La primera en esta ocasión había sido Rosé, y Lisa sabe bien lo que eso significaba.

Desde que eran pareja, las tres se ayudaban a su manera, aunque hace menos de unos meses que habían empezado a tratarse en sus celos, ya que era algo bastante íntimo.

Para la omega el trabajo era un poco más complicado, por varias razones, pero las más destacables eran el hecho de que al ir una detrás de otra, sus novias la agotaban mucho en esos tres días, y la otra cosa es que se hacían muy posesivas, por lo que luego de pasar ese día ayudando a Rosé, estaría llena de su olor y bueno, eso a veces ocasionaba que la siguiente, ya sea JiSoo o Jennie, se muestre un poco violenta al principio, eso, antes de lograr cubrir a Lisa de su aroma propio.

En esas ocasiones debía usar bastante protección, puesto que aún no se habían planteado el tener hijos y en el celo de sus alfas las probabilidades de quedar en cinta eran demasiado altas, casi era imposible no hacerlo si no se cuidaba.

A diferencia del suyo, dónde la probabilidad era muy baja y tardaba tres días en poder salir de este.

El olor a miel se hacía fuerte en la habitación, para aquellos casos, también tenían cuartos extras. Rosé en ese momento estaba encerrada en el propio mientras sus hermanas se encargaban de dejar todo preparado a Lisa, pues ellas tendrían que salir para no ocasionar discusiones.

—Recuerda tomar las pastillas y comer cada cierto tiempo, no dejes que Rosé sea demasiado brusca, recuerda que puedes controlar esto. —comentó algo preocupada JiSoo, mientras Jennie dejaba para su omega algo de comida ya preparada.

—Estaré bien, no es la primera vez que alguna de ustedes pasa esta etapa, además, mañana le tocará a otra. —señala de lo más obvio, tratando de calmar a las mayores, es decir, sabe que ellas no eran bruscas porque querían, es simplemente que sus sentidos se cegaban y por eso se comportan como animales.

Pero está bien, lo aceptaba, además, siempre ganaba muchos mimos y cuidados una vez que los celos terminaban, era agotador, pero no imposible.

—Ya vayan a trabajar, les avisaré si necesito algo. —se acercó para dejar un beso sobre los labios de cada una y les sonrió—. Suerte.

Ambas alfas miraron a su omega y se acercaron para abrazarla, amaban lo comprensiva que era, no cualquier omega estaría dispuesta a pasar celos con alfas distintas, menos si estas eran relativamente violentas al oler a otra sobre la piel de su pareja, pero Lisa sabía cómo calmarlas y manejarlas. Además, era una disculpa adelantada, porque si Rosé ya había entrado en celo, ellas seguían.

Cuando la casa estuvo ya relativamente sola, Lisa suspiró y llevó consigo una pequeña mochila que la ayudaría en ese día, con agua y algunos calmantes además de las pastillas y condones. No podía dejar pasar nada.

—Rosie.

Llamó a su pareja cuando estuvo dentro de la habitación donde pasaba sus celos. La alfa permanecía acostada en la cama con su mirada fija en el cuerpo de la menor.

Un escalofrío recorrió su cuerpo por completo en cuanto los ojos oscuros de la mayor estuvieron firmemente sobre su ser, Rosé era la más juguetona, pero eso cambia un día de cada mes.

Se armó de valor para acercarse tanto como pudiera, sintiendo más y más aquel fuerte olor a miel nublarle un poco la mente.

—Lisa

las alfas de lisa ଓ lisa haremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora