El sonido de las ruedas del tren chocando con las vías se escuchaba mientras que Mingyu sentía la vibración en sus pies.
Era el comienzo de su penúltimo año en Hogwarts, y por fin sería un año tranquilo después de que por fin el mundo mágico se había olvidado del Señor Tenebroso; Mingyu tenía un muy buen presentimiento.
—Lo que digo es que realmente deberías comenzar a cuidar tus cosas, Seokmin— dijo Seungkwan mientras arreglaba la varita del muchacho, la cual se había roto hacia solo dos minutos porque se había sentado en ella.
—¡Fue un accidente!—gritó mientras suspiraba algo agobiado por los constantes regaños de Seungkwan– Dile Mingyu, dile que no es para tanto.
—Creo que Kwan tiene razón—dijo mientras reía, pero su risa fue interrumpida por el sonido de su estómago rugiendo, llevaban algunas horas en el tren y tenía hambre.
—¡Golosinas, golosinas!—dijo la señora regordeta que pasaba frente a la puerta de su camarote, y a Seokmin no le tomó ni dos segundos levantarse para fisgonear en el.
—Hmm, dos barras de chocolate y una caja de grageas se sabores, por favor—sonrió mientras la señora le entregaba en la mano sus dulces y el pagaba.
Mingyu estaba detrás de su amigo, mientras se decidía que era lo que comería; pasteles de calabaza, bizcocho de platano, galletas de vainilla, tartas de manzana; había tanto de donde elegir.
—Dos pasteles de calabaza, por favor—una voz interrumpió sus pensamientos, y cuando levantó la mirada para ver de quién se trataba, no pudo hacer más que quedarse inmóvil.
Delante de él, había un muchacho de piel pálida y cabello negro, que usaba anteojos y ya portaba su uniforme del colegio; su bufanda amarilla y marrón indicaba que era parte de la casa de Hufflepuff, lo cual explicaba porque nunca lo había visto antes; sus manos delicadas y su nariz alargada cautivaron a Mingyu, a quien le parecía que se habían mirado por horas, pero cuando el chico se dio la vuelta, se dio cuenta que habían sido segundos y que ya llevaba mucho tiempo haciendo esperar a la vendedora de dulces.
—Entonces, ¿comprarás algo, muchacho?
—No, gracias, lo lamento—dijo mientras regresaba apenado a su asiento, sin quitarse de la cabeza la imagen del chico de anteojos.—¿Hola? Tierra llamando a Gyu— Seokmin pasó la mano frente al rostro del moreno—¿Que pasó?
Mingyu solo se limitó a suspirar.
—¿Qué no lo viste?—rió Seungkwan—Parece que Jeon Wonwoo le robó el aliento.
Los dos chicos comenzaron a reír y molestar un poco a Mingyu, fingiendo sonidos de besos y actuando como una pareja enamorada y tonta.
—¿Lo conoces?—Las burlas pasaron por encima de la cabeza de Mingyu, el solo estaba interesado en saber quien era aquel muchacho.
—Si, ¿recuerdas que el año pasado, antes de toda esa locura de la batalla, pude meter una clase avanzada?—Kwan estaba muy orgulloso de su excelente desempeño académico—Bueno, Wonwoo estaba en mi clase de Astronomía, incluso llegamos a trabajar juntos.
—¡¿Y hasta ahora me lo dices?!—El más alto de los tres estaba histérico de no haber conocido a tal belleza antes.
—Aunque Seungkwan te lo hubiera dicho, no te hubieras molestado en escuchar, tu vida el año pasado giraba en torno a ganar el nacional de Quidditch—dijo Seokmin mientras se llenaba la boca de chocolate.
—Tenía que ganar el premio nacional a mejor defensor—se llevó las manos al cabello—Pero podría haber olvidado eso si era por ese tal Wonwoo.
El tren se detuvo frente al castillo, el cual ya se veía como nuevo después de haber quedado en ruinas después de la guerra, el aire era fresco y ligero, en el ambiente se podía respirar la paz que todos habían estado buscando por años.
Mientras Mingyu ayudaba a sus amigos a bajar sus maletas, con la mirada buscaba discretamente al muchacho de piel pálida con la bufanda de Hufflepuff, y no le tomó tanto tiempo encontrarle, ya que estaba junto a dos chicos, quienes Mingyu deducia eran sus amigos.
—Presentamelo—le ordenó a Seungkwan.
—¿Y que más?¿Una cerveza de mantequilla?—respondió sarcásticamente—Es muy tímido, ¿no sería raro?
—No es raro, tu me conoces a mi y el a ti, solo es... Conectar tus amistades—sonrió con la intención de que Seungkwan dijera que si—Por favoooor...
—¿Alguien ha visto a Wojoo?—Seokmin se rascaba la nuca mientras buscaba con la mirada entre las maletas.
—¡¿Cómo rayos pierdes una rana?!— Seungkwan sacó su varita y la agitó en el aire—Wingardium Leviosa.
Las maletas se levantaron del suelo y debajo de ellas, estaba la pequeña ranita que parecía que no tenía ni un pensamiento en la cabeza.
—Que haría sin ti.
Mientras los dos amigos de Mingyu se peleaban y se arreglaban, el no podía dejar de pensar en como acercarsele a Wonwoo, pero como si fuera obra de Merlín, el gato del chico saltó de sus brazos y fue directamente hacia Mingyu.
—Seol—dijo tranquilo mientras se acercaba y levantaba al gordo gato negro—Lo siento, le gusta explorar.
—No pasa nada—Mingyu tenía en el rostro una sonrisa de oreja a oreja—Es muy bonito, ¿cómo dijiste que se llamaba?
—Seol—sonrió—Y yo soy Wonwoo, si te interesa—extendió su mano libre.
—Me interesa, y mucho—le dio la mano, sin dejar de sonreír—¿Eres de último año?
—Así es—asintió—Por fin un año tranquilo después de toda esa basura de Voldemort.
—Ni que lo digas—parecía que Wonwoo pensaba lo mismo que el.
Los prefectos de cada casa llegaron para recoger a los alumnos, así que Wonwoo solo le dio una sonrisa amable a Mingyu antes de soltar su mano.
—Te veo después, Mingyu—dijo mientras se alejaba.
—¡Si!¡Te veo después!—volvió con sus amigos, quienes ahora peleaban porque la lechuza de Seungkwan se había querido comer a Wojoo—¿Qué tan apresurado es invitarlo al juego de Slytherin vs. Gryffindor?
—Lo acabas de conocer, es demasiado apresurado.
—Para nada apresurado, invitalo y al final lo besas.
Seokmin y Seungkwan hablaron al mismo tiempo, y los tres rieron para después dirigirse al dormitorio de Gryffindor donde compartirían una taza de té y galletas de mantequilla.
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your burning name | meanieੈ♡˳
Fanfiction[1999] El torneo de los tres magos regresa a Hogwarts después de que la paz ha llegado al mundo mágico tras la caída del señor tenebroso. Solo los más valientes se atreverán a dejar su nombre en el cáliz de fuego para ser elegidos como competidores...