Vuelta a la realidad

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Miré el reloj y marcaban las 4:30 am, mi bebé se había levanto a las 3:00 am y era imposible dormirla con tanto escándalo, miro hacia mi derecha y mi novio estaba frotando su cien mientras suspiraba.

-Enzo descansa, yo me encargo de ella- le sonrió mientras él me sonríe negando con la cabeza.

-No gorda es imposible si llora como si la matáramos - solté una risita al verlo mirando fijo a nuestra hija.

-Voy a mecerla un rato- me levanté y fui hacía la habitación de mi hija Olivia, ella siempre se calmaba en su sillita. Estuve un largo rato en la sillita con una luz tenue contandole casos clínicos y finalmente se durmió pero estaba tan emocionada comentando el caso que seguí relatando todo mientras ella dormía. Mire hacia la puerta y estaba mi novio en el marco de la puerta con una sonrisa pícara mientras negaba con la cabeza.

-Pobre Olivia tiene que escuchar como hacer una apendicectomía con diez meses- me susurró y comencé a reír mientras la llevaba a nuestra cama muy despacio evitando otros llantos desconsolados. Una vez logré acostarla se acurrucó en su almohadita y siguió durmiendo bajo la mirada de sus dos papás babosos.

-No puede ser diez meses y ni un rasgo mío tiene.

-No deje ni una gota- me guiño el ojo mientras me besaba rápidamente para acomodarse en la cama sin que Olivia se levantara, seguí sus pasos y me acomode lentamente para capturar con mi teléfono la hermosa imagen de nosotros dos con Olivia en el medio. 

-Que hermosa, la voy a publicar en mi historia- me dijo Enzo mientras tomaba su teléfono.

-Mañana vas a tener que quedarte con Oli unas horas mientras voy al hospital por unos casos- asintió y estiró su brazo para acariciarme mientras nos observaba a ambas con admiración.

-Me gusta cuando t pones así de tierno- le sonreí mientras me acercaba más a Olivia para quedar los tres pegados en la cama.

-A mi me gustas vos.

-Vamos a dormir que mañana tenés que entrenar y yo tengo que trabajar- le susurre con cierta emoción ante la última palabra, estaba muy ansiosa por retomar mi trabajo después de unos siete meses sin ir al hospital para ver a mis pacientes. Era medica, con más precisión medica r2 de pediatría y aunque había hecho mi carrera en argentina tomé la decisión de hacer mi residencia en Londres dónde me reencontré con Enzo después de muchos años sin vernos, me embaracé de Olí el año pasado y había logrado convencer a Enzo de trabajar hasta los seis meses aunque termine antes por una sobrecarga de estrés que afectaba a olí así que me vi obligada a tomarme licencia maternal.

-Buenas noches mi amor - me susurro adormilado y le sonreí mientras intentaba coinciliar el sueño.
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Un nuevo día nos esperaba y no había mejor manera de comenzarlo que con Enzo odiando al mundo entero, cómo todas las mañanas, Olivia llorando porque la alarma de los vecinos la había despertado y yo intentaba sobrellevar a los dos mientras preparaba un desayuno proteico para él rendimiento de mi novio en su entrenamiento diario.

-Gracias- fueron sus únicas Palabras en todo el desayuno después de haber observado como prepare con mucho detalle su desayuno para después tomar una manzana y sentarme a su lado con Olivia en brazos.

Enzo se fue a su entrenamiento y olí se había quedado dormida eso significaba paz mental, amaba estar con ambos pero también amaba estar un rato sola para hacer nada o limpiar la casa. Comencé ordenando la cocina y terminé por los cuartos del segundo piso que ropa y pañales por todos lados como si fuera un apocalipsis pero en realidad eran muchos días sin ordenar la casa.
  Ordene toda la casa al ritmo de la cumbia argentina mientras tomaba mates y olivia dormía profundamente su siesta matutina aunque con lo que poco que había dormido a la noche iba a ser muy larga. Agarre mi teléfono por primera vez en el día y tenía mensajes de mi familia, enzo y mis amigas pero por orden de prioridad abrí el chat de enzo

Una médica y un futbolista| Enzo Fernandez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora