Nuevo dia

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Abrí los ojos rápidamente y me encontraba en mi cama aunque no sabía cómo había llegado ahí me sentí más tranquila de no estar en ningún lugar extraño, giré mi vista y ahí estaba él durmiendo en el otro lado de la cama casi al borde. Mire la hora y el reloj marcaba las 7am y me dirigí al cuarto de mi bebé con cuidado de no hacer algún ruido pero me encontré con la cuna vacía al llegar allí.
  Baje hacia la cocina para tomar un vaso de agua mientras me sentaba en la mesada pensando que donde estaba mi bebé y que carajos había pasado ayer porque solo me acordaba de la discusión y haberme arreglado para salir a una discoteca sola. Sabía que no había hecho ningún lío porque no estaba en mi esencia provocar líos con o sin alcohol en sangre pero aún así me preocupaba lo que hubiera pasado entre mi pareja y yo. Tomé varias respiraciones profundas y decidí volver a la cama despacito y sin despertarlo,llegue a nuestra habitación y observé en el espejo mi imagen,estaba con una remera de Enzo y mi maquillaje estaba todo corrido aunque mi pelo estaba ¿húmedo?¿me había bañado?¿en qué momento habían pasado tantas cosas? Tantas preguntas y las respuestas estaban todas en una sola persona, Enzo.
Me recosté lentamente en la cama e inmediatamente volví a desmayarme perdiendo el control de mi cuerpo aunque algo en mi pensaba en lo raro que era ello, quizá si había alguna sustancia en mis tragos pero lo mejor era descansar.

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Abrí los ojos y una luz fuerte me cegó mientras movía mi mano en busca de él aunque solo sentí sábanas frías haciendo que mis ojos se abran con desesperación buscándolo pero no habían rastros de su presencia en el cuarto, suspiré y volví a acostarme mirando el techo mientras intentaba recordar que había ocurrido anoche y si tenía relación con lo adolorida que me encontraba. Tomé un gran impulso y me levanté de golpe mareándome más de lo que estaba pero aún así fui con mis pocas fuerzas al cuarto de baño y abrí la ducha, estuve durante 20 minutos bajo el agua mirando un punto fijo sin saber que hacer hasta qué comencé a enjabonar mi cuerpo lentamente intentando recordar alguna parte de mi noche. Terminé de bañarme y fui a mi armario para ponerme lo más oversise que encontré, me arregle un poco con un maquillaje básico y baje con miedo a lo que podía llegar a encontrarme.
Termine de bajar y mire fijamente hacia el comedor encontrándome a Enzo sentado en el sillón mirando hacia el jardín de la casa, trague saliva y me dirigí hacia la cocina ignorando su presencia, me quede observándo fijamente mi vaso de agua apoyada en la mesada cuando una voz grave interrumpió mis pensamientos.

-Olivia está con Julián y en la heladera tenes comida que te prepare.

-Gracias pero no tengo hambre- le respondí tímidamente y él negó con total seriedad.

-Necesitas comer algo después de haber ingerido quien sabe que- le exclamó mientras se acercaba hacia donde estaba.

-Con que te referís a quien sabe que- pregunté como cierta curiosidad en mi tono de voz.

-Isabela estabas casi inconsciente a tal punto que tuve que meterte en la ducha para ver si reaccionabas- ahora entiendo porque mi pelo estaba húmedo y mi maquillaje corrido, sonreí ante tal tierno gesto pero reaccione al instante cambiando mis expresiones.

-Si vos decís..

-SI YO DIGO? SI YO DIGO QUE FUI A BUSCAR A MI MUJER EN UN BAR LLENO DE HOMBRES MAFIOSOS QUE QUIEN SABE LO QUE IBAN A HACERTE PERO ES SOLO SI YO LO DIGO?- gritó mientras se acercaba a mi con pasos agigantados.

-No tengo muchos recuerdos de anoche solo sé que discutimos y llore pero después ¿me fui?- relate desesperada por intentar revertir la situación pero el enojo me invadió instantáneamente al recordar su confesión- AUNQUE VIS NO SOS NINGÚN SANTO O TENGO QUE HACERTE ACORDAR A LAS FIESTITAS QUE LLEVASTE A ESA GATITA- le grité quedando a centímetros de su boca, nos quedamos quietos mirándonos fijamente en una lucha por quien intimidaba pero la atracción nos ganó y me tomo con fuerza por la cintura juntando nuestras bocas a lo cual correspondí en el instante con la misma intensidad. Me comió la boca hasta que el aire nos faltaba y tomamos una pausa para mirarnos fijo, note su desesperación y volví a besarlo con desesperación haciendo que me suba a la mesada y comience a apretar mi culo con ambas manos de manera brusca, por mi parte comencé a dejar besos en su cuellos lanzando su camiseta al aire para acariciar su espalda. Enzo se desiso de mi ropa en instantes dejándola sobre el piso mientras repartía besos por mis hombros hasta a llegar a mis tetas y comenzar a desatar una guerra entre su boca y ellas, me tensé al sentir sus dedos entrando en mí bruscamente en señal de un sexo lleno de bronca donde el me movía y usaba a su gusto.

Una médica y un futbolista| Enzo Fernandez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora