Vuelta al hospital

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Había pasado días desde que volví al trabajo y me sentía totalmente renovada y completa, mis pacientes estaban tan felices que armaron festejos de bienvenida y tenía más de 30 análisis de sangre para leer. Enzo había ayudado mucho quedándose con Oli cuando salía de los entrenamientos y cuando volvía a casa eran las 3am así que solo me quedaba viéndolos dormir abrazados, extrañaba estar con él aunque sea una hora.

-Necesito el viernes libre- le dije a mi compañera,Wendy y está me miro expectante a una explicación.

-No estoy hace mucho con Enzo y necesito dedicarle un tiempo.

-Pero no estaban peleados?- me preguntó y noté como  todas las enfermeras se giraron para escuchar nuestra conversación.

-Pueden volver a su trabajo- les hice una seña y volvieron a fijar su vista en la pantalla- por eso quiero estar con él un fin de semana entero.

-Genial aunque me vas a tener que devolver dos días a cambio de un fin de semana- la miré con cierto disgusto, era totalmente injusto cambiar uno y devolver dos pero mis ganas de estar con él superaban cualquier injusticia así que asentí para luego irme a revisar a mis niñitos de pediatría.

Llego la hora de ir a casa y como todos los días entre despacio para no hacer ruido y prendí el velador mientras dejaba mis cosas pero un brazo me tomo por desprevenida y tomo con fuerza mi cintura, sonreí al intuir de quien se trataba y comencé a besarlo mientras tiraba mis cosas al piso, podía notar su urgencia en el agarre desesperado y su sonrisa sobre mi boca.

-Que haces despierto tan tarde?- le pregunté cuando nos separamos por falta de aire.

-Extrañaba a mi mujer.

-Ah si?- le sonreí y comencé a besarlo retrocediendo para llegar al sillón y empujarlo para que quede sentado, nos miramos por un segundo y nuestras sonrisas delataban la necesidad que teníamos. Me senté a horcajadas sobre él y sus manos bajaron lentamente d mi espalda a mi culo apretándolo con mucho deseo mientras dejaba besos por todo su cuello moviendo mis caderas.

-Como te gusta provocarme- susurró en mi odio mientras terminaba de sacar mi ropa y me tomaba por la nuca dejándome abajo de su cuerpo, podía sentir como su pulso disparatado y su respiración irregular mientras nuestras miradas conectaban. Comenzó a dejar besos por todo mi cuerpo desde mis pechos hasta mi muslo dándome escalofrío de tanta excitación.

Eran pasadas las cinco y recién terminábamos el quinto round sin interrupciones ni pausas, éramos incansables cuando se trataba de sexo y hacía meses no teníamos tanta intimidad.

-Gorda oli está llorando- me aviso mientras volvía de la cocina con un vaso de agua en bóxers haciéndome suspirar.

-Queres ir mientras me pongo la ropa interior?- le pregunté y asintió dándose vuelta para ir a las escaleras dándome una gran vista de su espalda totalmente marcada con mis uñas, extrañaba tener intimidad con ese hombre y siempre teníamos tanta exitacion que terminábamos marcados por días.
  Me puse mi ropa interior y fui rápido al cuarto para encontrarme con mi novio al borde de llorar con Olivia.

-Intente de todo pero no se calma- le sonreí y la tomé en brazos para darle el pecho haciendo que de calle repentinamente.

-Quiere lo mismo que el papá- señaló a Olivia mientras tomando de mi pecho y comencé a reír.

-Sos un tonto vos.

-Si pero TU tonto- me guiño un ojo y se sentó en el piso mientras observaba cómo amamantaba a nuestra bebé en la silla mecedora.

-Mañana pedí el día para estar con vos.

-Vamos a poder dormir juntos la siesta?- preguntó y asentí mientras ponía a Olivia en su cuna.

Una médica y un futbolista| Enzo Fernandez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora