Sus pezones se endurecen dolorosamente al verle y ella se sobresalta de la reacción de su propio cuerpo. Se da prisa por taparse lo mejor que puede con sus brazos pero, como no podía ser de otra manera, la mirada de él ya ha bajado hacia sus pechos.
Su piel, blanca como la luna, enrojece bajo su escrutinio.
- Kob-
Antes de que pueda terminar de pronunciar su nombre, Koba le gruñe y una fracción de segundo después ella cree escuchar el eco de su sonido detrás de ella.
Se da la vuelta.
O eso pretende. Porque algo se lo impide cuando agarra su cabello y tira de él.
Las manos de ella saltan hacia arriba y lo que toca le aterroriza.
Una extremidad cubierta de pelo.
El brazo de un simio.
Se percata por el rabillo del ojo de que el lugar donde había estado Koba ahora está vacío y ella se retuerce, tratando de alcanzar los ojos del agresor evitando a toda costa sus mortales colmillos a la vez. No lo consigue, pero...
Si uso bien el factor agua, tal vez tenga una posibilidad de sobrevivir.
Los movimientos del agresor dudan un instante cuando ella se queda quieta entre sus brazos.
Ahora.
Con un fuerte codazo en su morro, consigue que el simio la suelte y ella es capaz de alejarse unos metros. Patalea y le arroja agua con las piernas para dificultarle la visión, pero lo hace con tanto ímpetu que una de sus piernas se enrampa y se ve obligada a pararse en seco, siseando.
El simio no tarda ni un segundo en inmovilizar esa misma pierna y cuando el dolor le hace chillar, el agua se cuela dentro de su boca y se atraganta.
No puede respirar. No puede ver nada y no se le ocurre qué hacer para salvar su vida, pero la garra que retenía su pierna se desvanece de un segundo al otro y ella se apresura a nadar hacia atrás como puede, alejándose de una nube de agua, ruido y gruñidos que se ha formado donde antes solo estaba su agresor.
Una vez ha llegado a la orilla y ha recuperado su respiración, mira sobre su hombro. Entorna la mirada y...
Es él.
Koba le atiza golpe tras golpe a su agresor y le ahoga con sus manos.
Con la misma rapideza con la que esa nube se había creado, se dispersa alrededor de una figura cuyos ojos ya están puestos en ella y cuya boca está abierta como si se tratara de una bestia sin aliento.
El pecho de la bestia se hincha una y otra vez, al son de sus respiraciones, y ese vaivén a ella le resulta magnético. Dominante. Peligroso. Atractivo.
- Dilo otra vez.
Ella ladea la cabeza, cruzando los brazos sobre sus pechos.
- ¿El qué?
Koba sale del agua tras ella, haciéndola retroceder mientras comprueba si el cuerpo de ella tiene o no alguna herida.
Cuando queda satisfecho, se yergue sobre su figura temblorosa, empapada y desnuda a pesar de su patético intento de esconder sus senos, y se digna a responder.
- Mi nombre. Dilo.
La espalda de ella choca contra una roca.
- ¿Por qué - me has salvado? - ...le has matado?
- Para salvarte a ti.
Y él avanza un último paso.
Los brazos de ella le rozan el torso, atrapada entre la roca a su espalda y su duro pecho.
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KOBA
Fanfiction¿Cómo reaccionaría Koba si una humana le salvara la vida? ¿Cuál sería su reacción si su voz y el sabor de su piel le embriagasen de tal forma que no pudiese dejar de volver a ella una y otra vez? ¿Cuál sería la reacción de ella?