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La mujer siguió leyendo el expediente de la misión mientras Enji terminaba de cambiarse y de peinar su cabello, el hombre termino de ponerse su saco del traje que llevaba y miro a T/n que estaba con una pierna cruzada perdida leyendo del expediente y cuando estaba apunto de llamarle la atención para irse al lugar del evento su mirada recorrió por completo a la bella mujer que estaba frente a el.
"vámonos" la mujer suspiro mientras se empezaba a mentalizar que tendría que besar al hombre en contra de su voluntad
T/n se levantó del sofá, cerrando el expediente con un suspiro. La misión era clara, pero la idea de tener que actuar como si estuvieran en una relación romántica la ponía nerviosa. Enji la observaba con una expresión seria, su rostro impasible revelando poco de lo que pensaba. Sabía que T/n era una mujer capaz, pero también era consciente de que su carácter podía ser un obstáculo.
—¿Lista? —preguntó Enji, ajustándose la corbata con un gesto decidido y sin una pizca de emoción en su voz.
—nací lista—respondió T/n, intentando sonar más segura de lo que realmente se sentía.
Mientras salían de la habitación, Enji se acercó a ella, su presencia imponente llenando el espacio. T/n sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero rápidamente lo ignoró. La idea de que tendrían que besarse en público la hacía sentir incómoda, pero sabía que era parte de su trabajo. Al llegar al evento, la música suave y las luces tenues creaban un ambiente elegante, la sala estaba llena de gente bien vestida, y T/n sintió que su corazón latía más rápido. Enji, a su lado, se movía con confianza, como si perteneciera a ese mundo.
—Recuerda, solo actúa natural —le dijo Enji, su tono de voz grave y autoritario.
T/n asintió, tratando de calmarse. Sabía que debía mantener la apariencia de una pareja feliz, pero la idea de tener que besar a Enji seguía rondando en su mente.
Una vez dentro, Enji tomó su mano, entrelazando sus dedos con los de ella. T/n sintió una oleada de calor, pero se obligó a concentrarse en la misión.
—Mira hacia adelante, no pienses en el beso —murmuró Enji, notando su nerviosismo con una mirada fría.
T/n se obligó a sonreír mientras caminaban entre los invitados. La atención se centraba en ellos, y sabía que tenía que actuar. Cuando se detuvieron frente a un grupo de personas importantes, Enji la miró y, en un movimiento rápido, la atrajo hacia él y le dio un beso en la mejilla.
—Es solo un saludo, no te pongas tan nerviosa —dijo, su tono casi despectivo.
T/n rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír. En ese momento, la tensión se disipó un poco. Sin embargo, la verdadera prueba estaba por venir.
Unos momentos después, un hombre de negocios se acercó a ellos, con una mirada inquisitiva.
—¿Y ustedes dos? —preguntó, sonriendo—. Parecen una pareja encantadora.
