Capítulo 3: Amortentia

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Disclaimer**:Esta historia está inspirada, en parte, en el universo de Harry Potter de J.K. Rowling. Salvo algún que otro personaje de mi invención, todos los ambientes, personajes, argumentos, hechizos y todo lo reconocible pertenece a la autora. Yo solo los tomo, los mezclo y agrego cosas.

**Aclaración**: La siguiente es una historia que habla de sufrimiento y violencia de todo tipo hacia la mujer. Sugiero discreción. Aunque este fanfic está basado en el argumento de una novela turca, el siguiente Dramione tomará su propio rumbo dentro del universo de Harry Potter.

Dato: no me gusta deformar las palabras para mostrar que una persona tiene algún acento en particular, así que no lo haré. Sin embargo, siéntete libre de leer algunos diálogos con marcado acento búlgaro.

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Incarcerous

Capítulo 3: Amortentia

Con el paso de los años, los servicios internacionales de mensajería mágica habían dado un salto importante en la velocidad de entrega. Cada mensaje sellado era trasladado ya no por una, sino por varias lechuzas que volaban de un centro de distribución a otro, haciendo que una entrega que demoraría días solo tardara un par de horas en llegar a su destino, al eliminar el tiempo de descanso de una sola ave. Y eso es lo que había sucedido con la nota que Draco había enviado a su madre desde Sofía. Tan solo 24 horas después de haberla enviado, ya se encontraba en manos de su destinataria en Wiltshire.

–Draco envía sus saludos y nos avisa que aprovechará su estadía en Sofía para hacer algo de turismo.

–Hmmm...

Fue la única respuesta que ella recibió, pues su interlocutor no estaba dispuesto a sacar sus ojos de la línea que acababa de comenzar a leer en el libro que había elegido para pasar esa tarde lluviosa en los terrenos de Malfoy Manor.

–¿Qué estás queriendo decir, Lucius?

A sus 53 años, Narcissa Malfoy aún guardaba la línea de soberbia belleza clásica que un día supo hechizar a su esposo y todavía poseía el don de leer a Lucius como si de un libro se tratase.

–Nada. Solo espero que tu hijo no llame turismo a estar siendo engatusado por alguna modelo búlgara de moral floja y cuerpo transfigurado.

Dijo finalmente, cerrando el ejemplar que minutos antes había estado disfrutando. Dickens tendría que esperar, pues su esposa lo estaba mirando con la promesa de una conversación que no sería nada corta si él no lograba evitar una discusión a tiempo.

–Sabes que no me gusta que digas eso de Draco. Él es joven y apuesto, es normal que busque divertirse. Además, hablar de la moral de una mujer no es algo digno de tu parte, Lucius.

Suspirando, Lucius se quitó las gafas de lectura y se dispuso a explicarle a su esposa cuáles eran los motivos para hablar de aquella manera sobre su hijo. Luego de la guerra, Narcissa había tomado las riendas del hogar ancestral y luchaba para que su esposo e hijo entablaran una relación más o menos normal. Ya que lo más probable es que sin ella, Draco y su padre jamás se hubieran vuelto a hablar.

–Tu hijo lleva tres años divorciado, Narcissa. En vez de buscar una nueva esposa, más adecuada que la primera, él solo va de cama en cama y sale en revistas del corazón con arribistas de falda corta y gran escote, colgadas de su brazo como si fueran puffskeins.

Con delicadeza, la esposa de Lucius masajeó su sien. Cada vez que ambos se embarcaban en una discusión acerca del estatus marital de su hijo, una fuerte jaqueca le atacaba. Ella también deseaba una nueva nuera y nietos, pero estaba más inclinada a esperar que su marido.

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