Wednesday

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Edición completada 2024.

Taehyung se levantó temprano, como siempre, su cuerpo estaba cansado por la falta de sueño. Se puso una camiseta y unos pantalones cómodos para enfrentar otro día las labores interminables de aquella casa.

Primero, se dirigió a la cocina. Los platos de la cena de la noche anterior todavía estaban amontonados en el fregadero, esperando a que alguien los limpiara. Taehyung suspiró y se arremangó las mangas, sumergió sus manos en el agua caliente y enjabonada y comenzó a fregar los platos.

Con los platos finalmente limpios, Taehyung se dirigió a la sala. Recogió los cojines dispersos y dobló las mantas que habían quedado tiradas. Aspiró la alfombra, eliminando las migajas y el polvo acumulado. Cada rincón de la casa parecía gritar su nombre, exigiendo su atención, y él respondía día tras día, sin quejarse, pero sintiendo el agotamiento aumentar cada día.

Luego, se dedicó a limpiar el baño, frotando el lavabo, la ducha y el inodoro hasta que brillaron. El olor a limpiador de baño llenaba aquel cuarto pero Taehyung ya estaba acostumbrado a ese aroma químico.

Finalmente, con la casa limpia y ordenada, se dirigió a la cocina para preparar el desayuno. Cortó frutas frescas y preparó té. Aunque Taehyung no podía disfrutarlo completamente, sabiendo que Jungkook probablemente se levantaría, comería y dejaría los platos sucios para que él los limpiara más tarde.

Efectivamente así lo hizo, poco después, Jungkook apareció en la cocina, rascándose la cabeza y bostezando. Sin siquiera decir una palabra de agradecimiento, se sirvió un plato de comida y se sentó a la mesa. Taehyung lo observó en silencio.

-Buenos días. -dijo Taehyung, se acercó al azabache y lo abrazo mientras depositaba un beso en la mejilla

-Taehyung, quítate. -se quejo el mayor y apartó al rubio

-¿Dormiste bien?

-Si. -murmuró Jungkook entre bocados, sin levantar la vista

Taehyung se mordió el labio, intentando no dejar que la tristeza lo abrumara. Día tras día, se encargaba de todas las labores del hogar: limpiaba, cocinaba, lavaba la ropa, mientras Jungkook no hacía nada para ayudar. Nunca recogía y nunca se ofrecía a ayudar. Era como si asumiera que Taehyung estaba ahí para servirle.

Después de desayunar, Jungkook dejó el plato sucio en la mesa y se dirigió a la sala, encendió la televisión sin decir una palabra más. Taehyung suspiró, recogió el plato y lo llevó al fregadero.

Cada día era una repetición del día anterior, una rutina interminable donde Taehyung se encargaba de todo mientras Jungkook permanecía indiferente. Pero a pesar de todo, Taehyung continuaba, esperando que algún día, Jungkook se diera cuenta y comenzara a valorar su esfuerzo y dedicación.

-¡Taehyung! -grito el azabache

-Mande. -respondió Taehyung dirigiéndose a la sala

-¿Ya viste toda la ropa que hay? -se quejó. -¿Qué estas esperando para lavarla? ¡Necesito mi traje listo para mañana y nunca te apuras a hacer las cosas!

-Jungkook, la lavadora lleva averiada varios días, te pedí que-

-¡Contigo son puras excusas! -grito el azabache. -Y para colmo la casa esta hecha un desorden. ¡No se puede vivir así!

-De acuerdo, perdóname. ¿Quieres ayudarme a subir la ropa al auto para lavar tu traje lo antes posible?

-Hazlo tú solo. -respondió Jungkook y se dio la vuelta para seguir viendo el televisor

Seven: El camino no tomado / KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora