❝Lilith es encerrada en un laberinto, sin memoria, solo recordando pequeñas cosas de su vida, como su nombre.❞
❝ llegada, ella comete un error que la traerá muchas cosas tanto buenas como malas.❞
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♝DAY 394♝
Lilith ✧ ೃ༄*ੈ✩
Entré a la cabaña y antes de Alby marcharse, me dijo que mañana tendría las pruebas para mi trabajo, si se podía llamar así, asegurándome que empezaría por la sala de enfermería.
Intenté dormir, pero me era imposible, pues hasta ahora no me habia parado a pensar el por qué de que todos estamos aquí, encerrados como animales gracias a esos grandes muros que forman un laberinto. ¿Por qué estábamos aquí? ¿Cuál era la función de esto? Minho no era muy bueno sacando conclusiones, por lo que era difícil poder conectar unas cosas con las otras. Aunque una de mis mayores preguntas era el por qué de borrarnos la memoria. ¿Que podrían saber unos adolescentes? Daba vueltas por la cabaña en busca de una respuesta, pero nada.
Era mejor dejar de pensar en eso. Empecé a recorrer la cabaña por el simple hecho del aburrimiento. En pocos minutos dejé de recorrer la cabaña, pues no encontré nada interesante. Había algún que otro mueble, pero todos estaban vacíos.
Me tumbé en la cama con los brazos en el estómago mirando a el techo. A los pocos segundos giré mi cabeza hacia la derecha. Una mesilla. No se me había ocurrido antes mirar en su interior, aunque probablemente no habita nada.
Me senté en el borde de la cama y abrí el cajón que tenía. Había un cuaderno de algún material parecido a el cuero bastante descuidado y un bolígrafo. ¿De donde había sacado Newt un bolígrafo? ¿Y el cuaderno? Agarré solo el cuaderno y lo abrí.
"DÍA UNO"
Era el título de una página. Supuse que fué su primer día aquí. En esta página no habían muchas cosas escritas. A ser sincera, La letra era bastante cuidada.
"DÍA DOS"
Ponía en la siguiente página. No leí la página y pasé a la siguiente. Los títulos se repetían: día tres, día cuatro, día cinco, día seis, día siete, día ocho...
Pasaba de páginas rápidamente sin detenerme en ninguna. Los días se iban alargando y había a veces que lo que escribía de su día podía ocupar dos páginas——Incluso más.—— o solamente una y ni eso.
Llegue a el día trescientos ochenta y dos. No había nada, solo en título. Día trescientos ochenta y tres. Nada. Solo título. Pasaba y pasaba las hojas y nada. Al parecer solo se había preocupado en poner el día y dejarlo en blanco.
"DÍA TRESCIENTOS NOVENTA Y CUATRO"
Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo al leer el título. Este era más grande y con la letra más descuidada. Empecé a leer:
