Dices que todo soy.Pides todo, si por favor.
Ambos se paralizaron, congelándose en el tiempo y espacio en el momento que cruzaron miradas, algo que les parecía extraño a los amigos de Sonic, en especial al zorro.
—Eres el de la otra noche —habló por fin el azul
—¿Se conocen? —preguntó el zorro de tonalidades amarillas. Se veía confundido ante el silencio prolongado de ambos erizos.
—Algo así —miro a su amigo vulpino—, recuerdan la noche de-
—¿Qué desean ordenar? —interrumpió Shadow—. Tenemos varias promociones de cócteles temáticos, también alitas en descuento, el paquete completo es una ganga —trato de sonar dulce.
Esto le parecía extraño par por la actitud que tomó cuando el solo quería responderle a su amigo y sobre todo le parecía muy mal educado, era como si no quisiera que esa información se revelase... ah ya entendía.
—Me ganaste con las alitas, ¿Podrías traer dos órdenes de alitas picantes, hermoso? —pidió Knuckles quien abría un menú rosado.
—Bien, ¿Algo más? Escuché que tenemos a un soltero por aquí —observó a los tres presentes.
—Este pequeñín de aquí —acarició la cabeza de Tails con fuerza causando un remolino con su pelaje—. Ya se nos va.
—Entiendo, tendré que pedirles un especial. —demostró una sonrisa única, los ojos escarlata detonaron coquetería y atrevimiento.
Algo se movió en el interior de Sonic que le obligo a pasar saliva por la garganta.
—Eso suena bien, Shadow —sonrió el equidna.
—En un momento se los traigo —finalizó. Dio vuelta dándoles la espalda y caminando, esperando quitarse de encima los ojos verdes que no paraban de verle, era muy intenso.
—Ah-Ahora regreso, tengo que ir al baño —se excusó sin dejar que sus amigos hablarán puesto a que tomó la delantera y se levantó siguiendo al azabache.
Entre la multitud intentó abrirse espacio para caminar intentando no chocar con todo mundo, solo podía detectarlo por las orejas de conejo que sobresalen en el aire, tan distraído se encontraba que humo de cigarro terminó en su rostro haciendo que cerrara los ojos debido al ardor y el mal olor se apoderó de su nariz para terminar tosiendo en medio de la gente que lo miraban extrañados por la actitud. Era la primera vez en su vida yendo a un lugar de esa clase ni siquiera en su época universitaria salía tantas veces de fiesta y es que él siempre fue alguien que amaba los deportes, lectura, solo salía a convivencias de playa con amigos, tampoco era un santo pero sabía sus límites y este mundo para nada era el suyo.